martes, 26 de febrero de 2013

La verdadera causa de la renuncia del Papa.


Tengo 23 años y aun no entiendo muchas cosas. Y hay muchas cosas que no se pueden entender a las 8:00am cuando te hablan para decirte escuetamente: “Daniel, el papa dimitió.” Yo apresuradamente contesté: “¿Dimitió?”. La respuesta era más que obvia, “Ósea renunció, ¡Daniel, el papa renunció!”
El Papa renunció. Así amanecerán sin fin de periódicos mañanas, así amaneció el día para la mayoría, así de rápido perdieron la fe unos cuantos y otros muchos la reforzaron. Y que renunciara, es de esas cosas, que no se entienden.

Yo soy católico. Uno de tantos. De esos que durante su infancia fue llevado a misa, luego creció y le agarró apatía. En algún punto me llevé de la calle todas mis creencias y a la Iglesia de paso, pero la Iglesia no está para ser llevada ni por mí, ni por nadie (ni por el Papa). En algún punto de mi vida, le volví a agarrar cariño a mi parte espiritual (muy de la mano con lo que conlleva enamorarse de la chavita que va a misa, y dos extraordinarios guías llamados padres), y así de banal, y así de sencillo, recontinué un camino en el que hoy digo: Yo soy católico. Uno de muchos, sí, pero católico al fin. Pero así sea un doctor en teología, o un analfabeta de las escrituras (de esos que hay millones), lo que todo mundo sabe es que el Papa es el Papa. Odiado, amado, objeto de burlas y oraciones, el Papa es el Papa, y el Papa se muere siendo Papa. Por eso hoy cuando amanecí con la noticia, yo, al igual que millones de seres humanos. Nos preguntamos ¿por q?. ¿Por q renuncia señor Ratzinger?. ¿Le entró el miedo?. ¿Se lo comió la edad?.  ¿Perdió la fe?.  ¿La ganó?.  Y hoy, después de 12 horas, creo que encontré la respuesta: El señor Ratzinger, ha renunciado toda su vida.

 Así de sencillo. El Papa renunció a una vida normal. Renunció a tener una esposa. Renunció a tener hijos. Renunció a ganar un sueldo. Renunció a la mediocridad. Renunció a las horas de sueño, por las horas de estudio. Renunció a ser un cura más, pero también renunció a ser un cura especial. Renunció a llenar su cabeza de Mozart, para llenarla de teología. Renunció a llorar en los brazos de sus padres. Renunció a teniendo 85 años, estar jubilado, disfrutando a sus nietos en la comodidad de su hogar y el calor de una fogata. Renunció a disfrutar su país. Renunció a tomarse días libres. Renunció a su vanidad. Renunció a defenderse contra los que lo atacaban. Vaya, me queda claro, que el Papa fue un tipo apegado a la renuncia.
Y hoy, me lo vuelve a demostrar. Un Papa que renuncia a su pontificado cuando sabe que la Iglesia no está en sus manos, sino en la de algo o alguien mayor, me parece un Papa sabio. Nadie es más grande que la Iglesia. Ni el Papa, ni sus sacerdotes, ni sus laicos, ni los casos de pederastia, ni los casos de misericordia. Nadie es más que ella. Pero ser Papa a estas alturas del mundo, es un acto de heroísmo (de esos que se hacen a diario en mi país y nadie nota). Recuerdo sin duda, las historias del primer Papa. Un tal.. Pedro. ¿Cómo murió? Si, en una cruz, crucificado igual que a su maestro, pero de cabeza. Hoy en día, Ratzinger se despide igual. Crucificado por los medios de comunicación, crucificado por la opinión pública y crucificado por sus mismos hermanos católicos. Crucificado a la sombra de alguien más carismático. Crucificado en la humildad, esa que duele tanto entender. Es un mártir contemporáneo, de esos a los que se les pueden inventar historias, a esos de los que se les puede calumniar, a esos de los que se les puede acusar, y no responde. Y cuando responde, lo único que hace es pedir perdón. ‘Pido perdón por mis defectos’. Ni más, ni menos. Que pantalones, que clase de ser humano. Podría yo ser mormón, ateo, homosexual y abortista, pero ver a un tipo, del que se dicen tantas cosas, del que se burla tanta gente, y que responda así. Ese tipo de personas, ya no se ven en nuestro mundo.
Vivo en un mundo donde es chistoso burlarse del Papa, pero pecado mortal burlarse de un homosexual (y además ser tachado de paso como mocho, intolerante, fascista, derechista y nazi). Vivo en un mundo donde la hipocresía alimenta las almas de todos nosotros. Donde podemos juzgar a un tipo de 85 años que quiere lo mejor para la Institución que representa, pero le damos con todo porque “¿con qué derecho renuncia?”. Claro, porque en el mundo NADIE renuncia a nada. A nadie le da flojera ir a la escuela. A nadie le da flojera ir a trabajar. Vivo en un mundo donde todos los señores de 85 años están activos y trabajando (sin ganar dinero) y ayudan a las masas. Sí, claro.

Pues ahora sé Señor Ratzinger, que vivo en un mundo que lo va a extrañar. En un mundo que no leyó sus libros, ni sus encíclicas, pero que en 50 años recordará cómo, con un simple gesto de humildad, un hombre fue Papa, y cuando vio que había algo mejor en el horizonte, decidió apartarse por amor a su Iglesia. Va a morir tranquilo señor Ratzinger. Sin homenajes pomposos, sin un cuerpo exhibido en San Pedro, sin miles llorándole aguardando a que la luz de su cuarto sea apagada. Va a morir, como vivió aun siendo Papa: humilde.
Benedicto XVI, muchas gracias por renunciar.

Sólo quiero pedir mi más humilde y sincera disculpa, si alguien se sintió ofendido o insultado con mi artículo. Considero a cada uno (mormones, homosexuales, ateos y abortistas) como un hermano mío, ni más, ni menos. Sonrían, que vale la pena ser feliz.

Fuente: Anónimo, pero le agradezco esta reflexión tan simple y tan profunda a la vez.

sábado, 23 de febrero de 2013

EN EL BICENTENARIO DE JUAN PABLO DUARTE,


1.      I. Introducción

El 26 de enero del 2013 celebramos en la República Dominicana el Bicentenario del nacimiento del Patricio Juan Pablo Duarte. Él no sólo fue el promotor de nuestra Independencia, sino que con sus ideales y ejemplos se constituye en prototipo de conducta para la vida privada y pública de todos los dominicanos.
TEMAS QUE DESARROLLA EL DOCUMENTO:

1.      II. Duarte: fe y auto-superación.
Juan Pablo Duarte y Diez nació en el barrio de Santa Bárbara, en la ciudad de Santo Domingo, el 26 de enero de 1813. En una cristiana familia, compuesta por Juan José Duarte, natural de Vejer de la Frontera (Cádiz), y Manuela Diez, oriunda de El Seybo. Fue bautizado por el Padre José Ruiz, en la iglesia de Santa Bárbara, el 4 de febrero de 1813. A los 6 años “recitaba de memoria el catecismo”.
Ante la imposibilidad de asistir a escuelas superiores en Santo Domingo “los pocos conocimientos que adquirió fueron debidos a su amor al estudio” y férrea voluntad y deseo de superación, logrando fijarse un objetivo: dar un nombre a su pueblo y que sea digno de llevarlo.

1.      III. Duarte: el orgullo de ser dominicano.
El mismo Duarte escribió una nota a su hermana para decirle: “Juré en mi corazón no pensar ni ocuparme sino en procurar los medios para probarle al mundo entero que teníamos un nombre propio, dominicano, y que éramos dignos de llevarlo”.

1.      IV. Duarte: “Dios, Patria y Libertad”.
Fundó la Sociedad Secreta la Trinitaria, con el lema “Dios, Patria y Libertad”. También la Filantrópica, para propagar los principios de la Independencia Dominicana,  con representaciones de piezas teatrales.

1.      V. Duarte: honor y libertad
Por su labor a favor de la Independencia Dominicana, fue perseguido por el gobierno haitiano y obligado a emigrar a Venezuela para salvar su vida en 1843, buscando apoyo en ese país hermano. Sin embargo, Duarte no era enemigo de los haitianos y escribió: “Admiro al pueblo haitiano; lo admiro porque conozco su historia. Ese pueblo ha luchado desesperadamente contra poderes excesivamente superiores y los ha vencido para salir de la triste condición de esclavo y constituirse en nación independiente. Le reconozco dos grandes virtudes: el amor a la libertad y el valor… Pero los dominicanos también… Nosotros tenemos que reivindicar nuestro honor, nuestro nombre y nuestra libertad”.
Los dominicanos y haitianos somos dos pueblos hermanos, nacidos en la misma la misma tierra. Duarte busca que ambos pueblos sean respetados y ayudados a reencontrarse en su historia, fortalecer su liderazgo y respetar a su gente. Sólo lograremos una pacífica convivencia y una cooperación fraterna si ellos y nosotros mantenemos nuestra propia identidad y desarrollamos nuestros propios recursos.

1.      VI. Duarte: austeridad y sacrificio
Como Duarte, todo el que quiera salir triunfante en un proceso de liberación, ha de llevar consigo, como a un amigo, al sacrificio y la austeridad. Son los medios más eficaces en momentos de crisis morales, económicas y sociales para subsanar los errores pasados.

1.      VII. Duarte: honradez, honestidad y transparencia
El 4 de febrero había dado prueba de su pureza como patriota y ahora la daba de su pulcritud como administrador. El 12 de abril de 1844, Duarte devolvió al Tesorero Nacional, Miguel Lavastida, $827 pesos de los $1,000 recibidos e hizo entrega de un informe pormenorizado de $173 pesos gastados en la tropa. Durante la campaña militar anotó cuidadosamente los gastos desde su salida, como eficiente Contador. He aquí el paradigma de honradez, honestidad y transparencia, para todo dominicano que participe en la política pública. Esta rendición de cuentas constituye un permanente ejemplo y estímulo para los gobernantes y ministros que manejan fondos públicos o administran dinero ajeno, teniendo a su disposición, hoy, tantos medios sofisticados para una rápida y exacta rendición de cuentas, que acredite su honorabilidad.

1.      VIII. Duarte: democracia, defensa de la ley y el bien común.
Establece como fin último del Estado el principio del Bien Común: “Puesto que el gobierno se establece para bien general de la asociación y de los asociados, el de la Nación Dominicana es y deberá ser siempre ante todo, propio y jamás de imposición extraña…”. Pero, más que nada define el carácter del gobierno: debe de ser propio, no impuesto; popular, procedente de la voluntad del pueblo; electivo, fruto de un proceso electoral; representativo, de las voluntades e intereses de sus electores; republicano, elegido y alternativo; y sobre todo, responsable de sus actos. Y para la mejor y más pronta expedición de los negocios públicos se distribuye en poder municipal, legislativo, judicial y ejecutivo.

1.      IX. Duarte: gratitud y sentido de justicia.
Me habéis dado una prueba inequívoca de vuestro amor, y mi corazón agradecido debe dárosla de gratitud. Ella es ardiente como los votos que formo por vuestra felicidad. Sed felices, hijos de Puerto Plata, y mi corazón estará satisfecho aún exonerado del mando que queréis que obtenga; pero sed justos lo primero, si queréis ser felices. Ése es el primer deber del hombre; y sed unidos, y así apagaréis la tea de la discordia y venceréis a vuestros enemigos, y la Patria será libre y salva. Yo obtendré la mayor recompensa, la única a que aspiro: el veros libres, felices, independientes y tranquilos”

1.      X. Duarte: perseverancia en la fe y moral católica
Respecto a las creencias religiosas, en su proyecto de constitución Duarte redactó: “La religión predominante deberá ser siempre la Católica, Apostólica, sin perjuicio de la libertad de conciencia y tolerancia de cultos y de sociedades no contrarias a la moral y caridad evangélicas”
Duarte permaneció católico a pesar de que un miembro cualificado de la misma Iglesia pidiera obediencia a los mandatos y órdenes del General Pedro Santana y de la Junta Central Gobernativa, la que un mes más tarde declararía como traidores infieles a la Patria a los próceres de la Independencia. La fe cristiana mostrada en el juramento trinitario y la invocación de Dios en la primera palabra del lema sagrado, el incluir la Biblia y la cruz en el escudo revelan cómo conservó su fe. En su vida personal, siempre conservó un comportamiento piadoso, al punto que estando en Venezuela, su párroco le recomendó que ingresara al sacerdocio.

 Duarte: humildad y sufrimiento
Duarte y sus compañeros fueron reducidos a prisión en Puerto Plata y trasladados a la Capital el 2 de Septiembre 1844 y, desde allí, expulsados a Hamburgo (Alemania), en un viaje de 46 días. Luego, en el mes de noviembre emprende viaje llegando por Saint Thomas a Venezuela, en el mes marzo de 1845.
Este decreto revela la afrenta y dolor profundo sufrido con humildad por Duarte y los demás trinitarios; precio amargo, pagado para que hoy tengamos un nombre y una nacionalidad.

1.      XII. Duarte: al servicio de la Patria con alma, vida y corazón.
Aunque no faltaron en Caracas solicitudes a Juan Pablo Duarte para que apoyara la Anexión a España, él las rechazó y escribió: “Los sufrimientos de mis queridos hermanos me eran harto sensibles, pero mucho más doloroso me era ver que el fruto de tantos sacrificios, de tantos sufrimientos, era la pérdida de la independencia de esa patria tan cara a mi corazón y por cuya tranquilidad gustoso me inmolara, por lo que en lugar de aceptar el pan de la degradación, acepté con júbilo la copa de la cicuta que sabía me aguardaba el día que mis conciudadanos consideraran que mis servicios no les eran necesarios… A mí me bastaba ver libre, feliz e independiente mi ínsula, y me dispuse a coadyuvar con todos mis esfuerzos a la redención de la Patria”.
Duarte responde el 21 de abril de 1964: “si he vuelto a mi Patria después de tantos años de ausencia es a servirla con alma, vida y corazón, siendo cual siempre fui motivo de unión entre todos los verdaderos dominicanos, y jamás piedra de escándalo o manzana de la discordia.

1.      XIII. Duarte: la independencia de la Patria aunque cueste la vida.
“Trabajemos, quise decir, por y para la Patria, que es trabajar para nuestros hijos y para nosotros mismos. Sí, caro amigo, trabajemos sin descansa; no hay que perder la fe en Dios, en la justicia de nuestra causa, y en nuestros propios bríos, pues nos condenaríamos, por cobardes, a vivir sin Patria, ¡que es lo mismo que vivir sin honor. Aprovechemos el tiempo…”.

1.      XIV. Duarte: testamento espiritual.
Juan Pablo Duarte no se consideraba en la posición de un luchador retirado, vencido por la enfermedad, sino en la de quien todavía está dispuesto a continuar luchando por su Patria.
Seguid, repito, y  vuestra gloria no será menor por cierto que la de aquellos que desde el 16 de julio de 1838 vienen trabajando en tan santa empresa bajo el lema venerado de Dios, Patria y Libertad, que son los principios fundamentales de la República Dominicana”.

1.      XV. Duarte: recibe los auxilios espirituales y muere. Su entierro fue en la fiesta de la Virgen del Carmen.
A los 63 años Duarte falleció en Caracas el 15 de julio de 1876, recibiendo los auxilios espirituales del Pbro. Francisco Tejera y el entierro fue celebrado el 16 de julio de 1876, fiesta religiosa de la Virgen del Carmen, en la Parroquia Santa Rosalía.

1.      XVI. Sigamos las huellas de Duarte, hombre de fe y político auténtico
Al celebrar el Bicentenario del nacimiento del Padre de la Patria, como pastores de la Iglesia les invitamos a fijarse en Duarte como modelo de ciudadano y de cristiano.

a) Seamos verdaderos políticos como Duarte
Para muchos la política es clientelismo, una forma de enriquecimiento o de levantarse un trono en la historia. Para Duarte la política es la ciencia más pura y más digna, la practicó con humildad y la vivió como un servicio al bien común.
En cuanto ciudadanos todos somos políticos, porque formamos parte de la ciudad. Somos compromisarios en el servicio. Como Juan Pablo Duarte debemos soñar más en el bien común; cultivar más la vocación de servicio en la sociedad y pensar menos en el lucro personal o de unos pocos.
Felicitamos a los hombres y mujeres que incursionan en la política, renunciando a beneficios personales y que se sacrifican por el bien de todos, y nos lamentamos de los tantos que sin ideales nobles, se aprovechan de la cosa pública y de la malversación de los fondos del Estado.
Felicitamos también a tantas instituciones en el país que cultivan el espíritu de servicio en nuestro pueblo a través de clubes, asociaciones, fundaciones y voluntariados.

b) Sigamos el Paradigma de valentía juvenil
La Independencia nacional fue obra de amigos. La noche del 16 de julio eran nueve jóvenes los que encabezaban aquél movimiento independentista, entre ellos Duarte. “Todos amigos, amigos todos”. Juan Pablo Duarte tenía 25 años, sólo Benito le sobrepasaba con dos años. Pero eso no significa inexperiencia, sino todo lo contrario, significó voluntad de hierro, siempre para obrar bien, a favor de la patria y del pueblo. Y, en sentido general, no claudicaron, sino que se mantuvieron “firmes en los principios independentistas y democráticos”. No olvidemos que su Juramento Trinitario fue firmado con la sangre de cada compromisario.

c) Caminemos por las huellas del Fundador de la Patria
En este tiempo en el que se ha ido perdiendo en gran medida el respeto a lo ajeno, se requiere como nunca para el buen manejo del patrimonio familiar, empresarial, comunitario, y sobre todo, del patrimonio estatal, de la honradez, pulcritud y transparencia que tuvo el Padre de la Patria.
Siguiendo el espíritu de independencia nacional y el ideal de la Patria soñada por Duarte, se requiere que los hombres y mujeres, representantes del poder ejecutivo, legislativo y judicial, a cuya responsabilidad le corresponde guiar los destinos de la Nación, actúen con la suficiente voluntad política para defender el patrimonio nacional, especialmente los recursos naturales y el ecosistema, frente a inversionistas extranjeros o nacionales que atenten contra éste de manera indiscriminada y en perjuicio del bien común.
Se requiere también de los ideales de Duarte para actuar con la suficiente voluntad política y establecer un ordenamiento jurídico justo que regule el sistema de partidos políticos, y la política partidista deje de ser una empresa lucrativa de avivatos y se convierta en lo que verdaderamente debe ser, un servicio a la Nación en procura del bien común.

Esforcémonos todos en pisar las huellas de nuestro Fundador, viviendo según los valores cívicos vividos y defendidos por él, como son: el orgullo de ser dominicano; la lucha por mantener la independencia de la República aunque cueste la vida, el servicio a la Patria con alma, vida y corazón, la actitud democrática, la defensa y el cumplimiento de la ley, y, el constante esfuerzo por la conquista del bien común.
Hoy más que nunca se requiere de la templanza y el heroísmo Duartiano para construir la paz anhelada y erradicar el espíritu de violencia y de agresividad con que se manejan muchos dominicanos.

En este tiempo en el que se ha ido perdiendo en gran medida el respeto a lo ajeno, se requiere como nunca para el buen manejo del patrimonio familiar, empresarial, comunitario, y sobre todo, del patrimonio estatal, de la honradez, pulcritud y transparencia que tuvo el Padre de la Patria.
Se requiere también de los ideales de Duarte para actuar con la suficiente voluntad política y establecer un ordenamiento jurídico justo que regule el sistema de partidos políticos, y la política partidista deje de ser una empresa lucrativa de avivatos y se convierta en lo que verdaderamente debe ser, un servicio a la Nación en procura del bien común.

Concluimos invitando a todos los hijos e hijas de esta tierra, a recibir de Duarte su testamento espiritual: mantener bien en alto nuestro lema nacional “Dios, Patria y Libertad”.
Que al celebrar el 27 de febrero, el 169 Aniversario de la Independencia Nacional, dominicanos y dominicanas renovemos nuestros más nobles ideales, implorando la bendición de la Santísima Trinidad y la protección de la Virgen, bajo los títulos de las Mercedes y  la Altagracia, Patrona y Protectora del pueblo dominicano.

 

martes, 12 de febrero de 2013

¿Por qué cenizas, el Miércoles de Ceniza?


Por la rapidez de la vida, a veces no tenemos la oportunidad de recordar, en algunos casos  y en otros, desconocemos las  informaciones precisas sobre los Tiempos Litúrgicos  que celebramos en el Calendario Litúrgico y este es el propósito de esta reflexión y otras que vendrán oportunamente para permitirnos vivir más plenamente esos momentos tan importantes  de Nuestra Iglesia.

La celebración de la Pascua del Señor, constituye, sin duda, la fiesta primordial del año litúrgico. De aquí que, cuando en el siglo II, la Iglesia comenzó a celebrar anualmente el misterio pascual de Cristo, advirtió la necesidad de una preparación adecuada, por medio de la oración y del ayuno, según el modo prescrito por el Señor.

Hacia finales del siglo V, el miércoles y viernes previos al primer domingo de cuaresma comenzaron a celebrarse cómo si formaran parte del período penitencial, probablemente como medio de compensar los domingos y días en los que se rompía el ayuno. Dicho miércoles, los penitentes por la imposición de la ceniza, ingresaban en el orden que regulaba la penitencia canónica. Cuando la institución penitencial desapareció, el rito se extendió a toda la comunidad cristiana: este es el origen del Miércoles de Ceniza o «Feria IV anerum».

El miércoles de Ceniza es el inicio formal a la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo personal de conversión a Dios. El miércoles de Ceniza es día de ayuno y abstinencia; los viernes de Cuaresma se observa la abstinencia de carne. La Cuaresma  se extiende desde el miércoles de Ceniza hasta la Misa de la cena del Señor exclusive.

¿Por qué cenizas?

Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y creer de verdad del Evangelio. El origen de la imposición de la ceniza es parte de la penitencia canónica. Empieza a ser obligatorio para toda la comunidad cristiana a partir del siglo X. La liturgia actual, conserva los elementos tradicionales: imposición de la ceniza y ayuno riguroso.

La bendición e imposición de la ceniza tiene lugar dentro de la Misa, después de la homilía; aunque en circunstancias especiales, se puede hacer dentro de una celebración de la Palabra. Las fórmulas de imposición de la ceniza se inspiran en la Escritura: Génesis, 3, 19 y Marcos 1, 15.

El simbolismo de la ceniza es el siguiente:

a) Condición débil y caduca del hombre, que camina hacia la muerte;

b) Situación pecadora del hombre;

c) Oración y súplica ardiente para que el Señor acuda en su ayuda;

d) Resurrección, ya que el hombre está destinado a participar en el triunfo de Cristo;

La ceniza es el residuo de la combustión por el fuego de las cosas o de las personas. Este símbolo ya se emplea en la primera página de la Biblia cuando se nos cuenta que "Dios formó al hombre con polvo de la tierra" (Gen 2,7). Eso es lo que significa el nombre de "Adán". Y se le recuerda enseguida que ése es precisamente su fin: "hasta que vuelvas a la tierra, pues de ella fuiste hecho" (Gn 3,19).

Por extensión, pues, representa la conciencia de la nada,  lo que somos como creatura con respecto al Creador, según las palabras de Abrahán: "Aunque soy polvo y ceniza, me atrevo a hablar a mi Señor" (Gn 18,27).

Esto nos lleva a todos a asumir una actitud de humildad ("humildad" viene de humus, "tierra"): "polvo y ceniza son los hombres" (Si 17,32), "todos caminan hacia una misma meta: todos han salido del polvo y todos vuelven al polvo" (Qo 3,20), "todos expiran y al polvo retornan" (Sal 104,29). Por lo tanto, la ceniza significa también el sufrimiento, el luto, el arrepentimiento. En Job (Jb 42,6) es explícitamente signo de dolor y de penitencia. De aquí se desprendió la costumbre, por largo tiempo conservada en los monasterios, de extender a los moribundos en el suelo recubierto con ceniza dispuesta en forma de cruz. La ceniza se mezcla a veces con los alimentos de los ascetas y la ceniza bendita se utiliza en ritos como la consagración de una iglesia, etc.

Miércoles de Ceniza

En los primeros siglos se expresó con este gesto el camino cuaresmal de los "penitentes", o sea, del grupo de pecadores que querían recibir la reconciliación al final de la Cuaresma, el Jueves Santo, a las puertas de la Pascua. Vestidos con hábito penitencial y con la ceniza que ellos mismos se imponían en la cabeza, se presentaban ante la comunidad y expresaban así su conversión.

En el siglo XI, desaparecida ya la institución de los penitentes como grupo, se vio que el gesto de la ceniza era bueno para todos, y así, al comienzo de este período litúrgico, este rito se empezó a realizar para todos los cristianos, de modo que toda la comunidad se reconocía pecadora, dispuesta a emprender el camino de la conversión cuaresmal.

En la última reforma litúrgica se ha reorganizado el rito de la imposición de la ceniza de un modo más expresivo y pedagógico. Ya no se realiza al principio de la celebración o independientemente de ella, sino después de las lecturas bíblicas y de la homilía.

Que las cenizas del Miércoles de Ceniza, nos inviten a  mas que untarnos cenizas en la frente, como parte de  un gesto de la tradición,  sea una verdadera invitación a la conversión,  que es el  contenido y sentido al gesto como nos dicen las lecturas de ese Día.

Fuentes:

Encuentra.com

ACI. Prensa

 

lunes, 11 de febrero de 2013

ULTIMAS NOTICIAS ACERCA DE LA RENUNCIA DE SU SANTIDAD


 Vaticano: Benedicto XVI se retirará a monasterio de clausura

En conferencia de prensa realizada hoy, el sacerdote jesuita dijo que el anuncio hecho por el Santo Padre "nos tomó a todos por sorpresa" y destacó que la decisión de Benedicto XVI la tomó con plenas facultades mentales.
“Esta es una decisión absolutamente personal tomada en consciencia ante Dios”, precisó el portavoz.
El vocero del Vaticano recordó asimismo que la renuncia del Papa está prevista en el Código de Derecho Canónico, que establece que para que sea válida es necesario que sea libre y precisa que no tiene que ser aceptada por nadie.
El vocero precisó que el Papa hizo el anuncio hoy cuando se reunía con los cardenales presentes en la Curia para aprobar varias fechas de canonizaciones para anunciar su decisión.
"Lo hizo en latín, al final del consistorio de cardenales", en referencia a la carta escrita por el Papa para anunciar su renuncia, medida que adoptó por motivos de edad, al notar que les faltan las fuerzas para estar al frente de la Iglesia.
La Sede Vacante, es decir el tiempo que transcurre desde que un Papa fallece, o en este caso renuncia, como ha anunciado Benedicto XVI, hasta que se elige al sucesor, comenzará el 28 de febrero de 2013 a las 8:00 p.m. (hora de Roma), según anunció el propio Pontífice.
En ese momento, Benedicto XVI se trasladará a la residencia de los papas de Castelgandolfo, a unos treintena de kilómetros al sur de Roma.
Durante el tiempo de Sede Vacante se realizará obras de acondicionamiento del apartamento papal. Una vez que el cónclave que habrá que convocar haya elegido nuevo Pontífice, Benedicto XVI tiene previsto pasar el resto de sus días en un monasterio de monjas de clausura dentro del Vaticano
El director de la Sala de Prensa del Vaticano, Padre Federico Lombardi, anunció esta mañana a los periodistas que el sucesor del Papa Benedicto XVI podría ser elegido durante el periodo de Cuaresma, que comienza el miércoles 13 de febrero, Miércoles de Ceniza y concluye a finales de marzo.

"Si las cosas se cumplen según los tiempos previstos por la constitución (que determina el procedimiento en estos casos) podría ser que el próximo Papa viniera elegido durante la Cuaresma", señaló durante la rueda de prensa.

Benedicto XVI fue electo como sucesor de Pedro pasado el 19 de abril de 2005, y después de casi ocho años, el 28 de febrero a partir de las 20.00 horas, dejará vacante la Sede de Roma.

Según las normas de la Iglesia, el cónclave para la elección del nuevo Papa se convoca en el plazo de 20 días a partir de que se haga efectiva la dimisión.

Benedicto XVI no participará en la votación del nuevo Sumo Pontífice, a la que en estos momentos tienen derecho 118 cardenales de los 209 que existen en total. El resto no vota porque para participar en la elección deben ser menores a 80 años.

 

''Ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino''

Reproducimos la declaración de Benedicto XVI, en el Consistorio Ordinario Público, de 11 de febrero, sobre su renuncia al ministerio de Obispo de Roma, sucesor de san Pedro.

Queridísimos hermanos:
Os he convocado a este Consistorio, no sólo para las tres causas de canonización, sino también para comunicaros una decisión de gran importancia para la vida de la Iglesia. Después de haber examinado ante Dios reiteradamente mi conciencia, he llegado a la certeza de que, por la edad avanzada, ya no tengo fuerzas para ejercer adecuadamente el ministerio petrino. Soy muy consciente de que este ministerio, por su naturaleza espiritual, debe ser llevado a cabo no únicamente con obras y palabras, sino también y en no menor grado sufriendo y rezando. Sin embargo, en el mundo de hoy, sujeto a rápidas transformaciones y sacudido por cuestiones de gran relieve para la vida de la fe, para gobernar la barca de san Pedro y anunciar el Evangelio, es necesario también el vigor tanto del cuerpo como del espíritu, vigor que, en los últimos meses, ha disminuido en mí de tal forma que he de reconocer mi incapacidad para ejercer bien el ministerio que me fue encomendado. Por esto, siendo muy consciente de la seriedad de este acto, con plena libertad, declaro que renuncio al ministerio de Obispo de Roma, Sucesor de San Pedro, que me fue confiado por medio de los Cardenales el 19 de abril de 2005, de forma que, desde el 28 de febrero de 2013, a las 20.00 horas, la sede de Roma, la sede de San Pedro, quedará vacante y deberá ser convocado, por medio de quien tiene competencias, el cónclave para la elección del nuevo Sumo Pontífice.
Queridísimos hermanos, os doy las gracias de corazón por todo el amor y el trabajo con que habéis llevado junto a mí el peso de mi ministerio, y pido perdón por todos mis defectos. Ahora, confiamos la Iglesia al cuidado de su Sumo Pastor, Nuestro Señor Jesucristo, y suplicamos a María, su Santa Madre, que asista con su materna bondad a los Padres Cardenales al elegir el nuevo Sumo Pontífice. Por lo que a mi respecta, también en el futuro, quisiera servir de todo corazón a la Santa Iglesia de Dios con una vida dedicada a la plegaria.
Vaticano, 10 de febrero 2013.
BENEDICTUS PP. XVI