¡Madre, dónanos tu mirada!. Una mirada de ternura, una mirada materna en la que está reflejada la mirada del Padre y del Hijo, una mirada que nos lleva a Dios, un don de Jesucristo en la cruz, que carga sobre sí nuestros sufrimientos, nuestras fatigas, nuestro pecado".
Con esta invocación el Papa Francisco se dirigió a la Virgen María en la plaza del santuario de Nuestra Señora de Bonaria, en Cagliari, en la misa en la que participaron más de 100 mil fieles. Antes de confiar la gente de Cerdeña a su patrona, el Papa pidió a todos, con el ejemplo de María, "mirarnos entre nosotros de manera más fraterna, con una mirada que busque acoger, acompañar, proteger también a las personas "que instintivamen
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