viernes, 8 de noviembre de 2013

Las reliquias del apóstol Pedro serán expuestas por primera vez


CIUDAD DEL VATICANO, 08 de noviembre de 2013 (Zenit.org) - El Año de la Fe ha dejado en Roma momentos inolvidables como las jornadas y peregrinaciones organizadas a la tumba de San Pedro o innumerables iniciativas de índole cultural o artístico. Catequistas, familias, cofradías, seminaristas, novicios... todos ellos han acudido hasta la basílica vaticana como muestra e impulso de la fe cristiana.

En este contexto y como un signo culminante se vivirá también un momento, no solo inolvidable sino inédito también; la exposición por primera vez de las reliquias que la tradición reconoce como las del apóstol que dio la vida por el Señor. La fe de Pedro, por lo tanto, "confirmará una vez más que la 'puerta' para el encuentro con Cristo está siempre abierta y espera ser cruzada con el mismo entusiasmo y convicción de los primeros creyentes", explica monseñor Rino Fisichella, presidente del Pontificio Consejo para la Promoción de la Nueva Evangelización, en un artículo en el Osservatore Romano.

En 1939, durante el papado de Pío XII, se realizaron unas excavaciones arqueológicas en la cripta de la basílica dejando al descubierto una necrópolis que data de los siglos II y III. La tradición decía que debajo del baldaquino de Bernini había un cementerio donde había sido enterrado San Pedro, pero aún no existía la certeza. Pío XII determinó que siguieran excavando y apareció dicha necrópolis. Una década después, en 1950, una inscripción en griego que decía: “Pedro está aquí”, llevó al papa a comunicarle al mundo la aparición de la tumba del apóstol.

Pero terminada esta investigación en 1952, la profesora Margarita Guarducci, arqueóloga y experta en epigrafía griega, se encargó de descifrar los grafitos que hay en uno de los muros adyacentes a esa tumba, y halló la inscripción críptica que dice “Pedro, ruega por los cristianos que estamos sepultados junto a tu cuerpo”. Al excavar, descubrieron un nicho y en su interior unos huesos.

El análisis de estos restos, que llevó a cabo Venerando Correnti, antropólogo de la Universidad de Palermo, concluyó el estudio de la siguiente forma: “Los huesos tienen un color rojo provenientes del paño dorado y púrpura en que fue envuelto, también, aparte de tela (púrpura), hay restos de hilos de oro, lo que lleva a pensar que ésta sería una persona venerada, posiblemente los huesos se retiraron de la tumba original para «guardarlos» en el nicho y así quedar protegidos, pues el nicho estaba intacto desde Constantino hasta el hallazgo. Estos huesos encontrados pertenecen a la misma persona, un ser robusto, de sexo varón, con avanzada edad (posiblemente setenta años) y del primer siglo”. Fue entonces cuando el papa Pablo VI anunció al mundo que se habían descubierto las reliquias de San Pedro.

Tácito, el más grande historiador de Roma. En la primera mitad del siglo II siguen dos escritos "apocalípticos", la «Ascensión de Isaías» y el «Apocalipsis de Pedro»: de estos testimonios resulta que Pedro -único entre los apóstoles de Jesús- murió en Roma víctima de la persecución neroniana del 64.

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