Colocaron explosivos a su alrededor y la destruyeron. Los
milicianos del Estado Islámico redujeron a escombros la llamada "Iglesia
Verde” de la ciudad de Tikrit, en Irak. Se trata de un monumento histórico que
data del año 700 después de Cristo. Los radicales están arrasando las raíces
cristianas de Oriente Medio.
Al mismo tiempo, la huida de miles de refugiados no cesa y
la tragedia humanitaria se multiplica. En esta ocasión, es Turquía la que
recibe por miles a los desplazados. El país abrió sus fronteras para permitir
la entrada de más de 130.000 personas que llegaban en estas condiciones.
ACNUR
"Es la mayor llegada de refugiados que Turquía ha visto
hasta ahora. Las necesidades son urgentes y enormes. La mayoría de ellos son
mujeres y niños. Estamos tratando de hacer todo lo que podemos para
coordinarnos con el personal de aquí pero realmente no es suficiente”.
Arrastran las pocas pertenencias que pudieron rescatar antes
de huir de los combates que enfrentan a los milicianos del Estado Islámico con
los soldados kurdos.
Hicieron el camino en condiciones lamentables y exhaustos.
Esta mujer y 16 de sus familiares lograron llegar a la frontera sanos y salvos.
Ella caminó con su bebé en brazos y embarazada de ocho meses.
Refugiada Siria
"Estábamos aterrorizados y huimos de nuestras casas por
las bombas. Cada noche veníamos a dormir a la frontera y después volvíamos a
casa por la mañana. Todos los niños están enfermos. ¿Qué podemos hacer? Que
Dios nos ayude”.
En los últimos días, los radicales del Estado Islámico
tomaron más de 60 pueblos del norte de Siria, muy cerca de la frontera con
Turquía.
Precisamente Turquía es uno de los próximos destinos del
Papa Francisco. Viajará allí el 29 y 30 de noviembre donde la comunidad de
cristianos caldeos ha experimentado un notable crecimiento por la llegada de
miles de refugiados iraquíes.
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