Los portavoces de cada uno de los
trece grupos de trabajo han presentado hoy ante el sínodo el informe sobre esta
semana de reuniones. Han intercambiado opiniones
sobre en qué consiste la "vocación familiar”.
Han afrontado cuestiones como la
unidad y la indisolubilidad del matrimonio, la preparación al sacramento o cómo
acompañar a las parejas en crisis.
CARD. RUBÉN SALAZAR
Arzobispo de Bogotá (Colombia)
"Un trabajo de continuación.
Estamos volviendo sobre los temas que se trabajaron en octubre del año pasado,
pero al mismo tiempo que tenga una enorme prospección hacia el futuro”.
El cardenal de Westminster, Vincent
Nichols explica que los 13 informes coinciden en una cosa: decir que falta de
un hilo conductor en esta sección del documento de trabajo.
CARD. VINCENT NICHOLS
Arzobispo de Westminster (Reino Unido)
"Esta segunda parte necesita sobre
todo una reestructuración, un hilo teológico que guíe la exposición de la
vocación familiar”.
En los informes había muchas
propuestas y muy variadas, y dan pistas sobre cómo será el
documento final.
Por ejemplo, piden que se defina con
claridad el concepto católico de matrimonio. Dicen que es reductivo pensar que
los jóvenes no se casan por miedo al compromiso y proponen que la Iglesia haga
un esfuerzo más ambicioso por mostrar la belleza de la fidelidad y del
para-siempre.
Quieren también buscar itinerarios
para ayudar a que parejas que conviven o que se han casado civilmente se
planteen el matrimonio cristiano. La idea es mostrar que no es un
ideal abstracto sino una propuesta atractiva y realista.
CARD. RUBÉN SALAZAR
Arzobispo de Bogotá (Colombia)
"Yo pienso que estamos viviendo en
la Iglesia católica un momento extremamente importante porque se está haciendo
un esfuerzo muy grande para escuchar las voces de las familias, para escuchar
las voces de las personas, especialmente de aquellas que sufren situaciones
difíciles y por lo tanto que merecen una especial atención”.
El Sínodo concluirá con un documento
oficial que se propondrá al Papa. Luego hay tres
posibilidades:
Que se quede en una propuesta; que es
la opción menos probable.
Que el Papa lo firme y lo publique
tal como está, como un documento magisterial.
O que, lo que es casi seguro, que
Francisco lo use como base para un ambicioso documento papal sobre la
familia.
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