1. Consideramos que es una gracia de Dios que las dos Conferencias del Episcopado, dominicano y haitiano, se hayan encontrado para compartir sus experiencias pastorales, como lo han venido haciendo en los últimos años, unas veces en República Dominicana, otras en Haití. De hecho este es el XI encuentro de ambas Conferencias.
2. Somos pastores del pueblo de Dios, y por tal motivo, nos hemos reunido para compartir. No nos mueve ningún otro interés que no sea el bien que, como Pastores, debemos procurar para nuestros pueblos. Somos dos pueblos hermanos y vecinos, a raíz del fenómeno migratorio que afecta nuestros dos pueblos, hemos considerado conveniente encontrarnos de nuevo.
3. Estamos compartiendo sobre aspectos importantes de la vida de nuestros pueblos, como lo es el proceso de reconstrucción de las zonas afectadas por el terremoto. Los obispos de Haití han manifestado su gratitud por las múltiples ayudas recibidas de todas partes, particularmente agradecen la generosidad, la rapidez y el respeto con que el pueblo y gobierno dominicano respondieron a la situación de emergencia después del terremoto. En estas circunstancias jugaron un papel estelar Cáritas Haití, Cáritas Española y Cáritas Dominicana, con el fin de ayudar al propósito común, desde la solidaridad cristiana, de reforzar los lazos entre las dos Iglesias hermanas.
4. Ya desde 1999 las Cáritas de las diócesis fronterizas de Haití y las Cáritas y los organismos de desarrollo de las tres diócesis fronterizas, Mao-Montecristi, San Juan de la Maguana y Barahona, agrupados en Pro-frontera, comenzaron a trabajar en conjunto. En el 2001, en Azua, se hermanaron las diócesis de Mao-Montecristi con Fort Liberté, San Juan de la Maguana con Hinche, Barahona con Puerto Príncipe y Jacmel, y definieron las áreas de trabajo en las que iban a intervenir: Medio ambiente, agropecuaria, comercialización, salud, agua, saneamiento básico, infraestructura, educación, cultura, derechos humanos, migración y fortalecimiento institucional.
5. Hemos formulado y realizado proyectos y programas tendentes a mejorar la calidad de vida de las comunidades fronterizas. Por ejemplo la reparación de caminos, huertos familiares, saneamiento básico, acueductos y la reparación del puente de Artibonito. Aparte de la realización material de estos y otros proyectos, tenemos que destacar que hemos visto la posibilidad para que los dos pueblos trabajen unidos en busca de su desarrollo. Varias instituciones amigas, entre las que citamos la Cáritas de España y la Agencia de Cooperación Española, nos han hecho considerables aportes para la realización de estos proyectos.
6. Como los obispos de la Conferencia de Haití están particularmente interesados en que la solidaridad, ayuda y cooperación no se detengan para la reconstrucción de las áreas afectadas por el terremoto del 2010, la Conferencia del Episcopado Dominicano ha tomado la decisión de invitar a personas voluntarias cualificadas, y recabar ayudas de personas particulares, empresas, instituciones, para apoyar la obra de reconstrucción de Haití. Se hizo particularmente énfasis en conseguir materiales de calidad a precios asequibles (varilla, cementos, zinc, etc.). Todas las ayudas recabadas se pondrán en mano de la Conferencia del Episcopado de Haití. Para dar seguimiento a estos compromisos, ambas Conferencias decidieron crear una Comisión integrada por los secretarios generales y los directores y equipos técnicos de las Cáritas nacionales.
7. Ha ocupado un lugar importante en nuestro diálogo el tema de la migración, pues las dos naciones tienen flujo migratorio en ambas direcciones, no se debe olvidar que este tema ha sido ya abordado en precedentes encuentros, pero como mantiene su vigencia, hemos creído conveniente tratarlo nuevamente.
8. Nos empeñamos a sensibilizar a nuestros dos gobiernos para hacer más con respecto a la acogida de los migrantes, a respetar los derechos y a evitar la manipulación del tema haitiano durante las elecciones.
9. Respecto al espíritu que anima nuestro encuentro, consideramos particularmente significativas las palabras de saludo de Mons. Chibly Langlois, Presidente de la Conferencia Episcopal de Haití: “Sobre esta tierra afortunadamente fue plantada la cruz redentora de Jesús, que no cesa de bendecir a sus habitantes sin distinción. Y es en el nombre de esta misma fe en Cristo Jesús que nuestras dos Iglesias hermanas deben mostrarse promotoras de vida en abundancia, de dignidad humana y caridad fraterna”.
DOCUMENTO FINAL
XI ENCUENTRO-REUNION CED-CEH
12 -14 marzo 2012
Casa María de la Altagracia, Santo Domingo, R.D.
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