miércoles, 21 de mayo de 2014

Si no custodiamos la creación, ella nos destruirá


Cuando nosotros explotamos la creación, ¡destruimos el signo de amor de Dios! Destruir la creación es decir a Dios: "no me gusta, esto no es bueno". ¿Y qué te gusta a ti? Me gusto a mí mismo: ¡este es el pecado! ¿Han visto? La custodia de la creación es precisamente la custodia del don de Dios y también es decir al Señor: "gracias, yo soy el dueño de la creación. Pero para hacerla seguir adelante yo no destruiré jamás tu don".

Y esta debe ser nuestra actitud con respecto a la creación. Custodiarla, porque si nosotros destruimos la creación, la creación nos destruirá.

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