El primer texto conocido que une o relaciona el nacimiento de Cristo y el del sol, lo tenemos en Cipriano, "¡Oh, qué maravillosamente actuó la Providencia, que en el día en el que nació el Sol… Cristo debía nacer".
Los orígenes de esta celebración, el 25 de diciembre, se ubican en las costumbres de los pueblos de la antigüedad que celebraban durante el solsticio del invierno (desde el 21 de diciembre), alguna fiesta relacionada al dios o los dioses del sol, como Apolo y Helios (en Roma y Grecia), Mitra (en Persia), Huitzilopochtli (en Tenochtitlan), entre otros. Algunas culturas creían que el dios del sol nació el 21 de diciembre, el día más corto del año, y que los días se hacían más largos a medida que el dios se hacía más viejo. En otras culturas se creía que el dios del sol murió ese día, sólo para volver a otro ciclo.
La conocida fiesta solar del Natalis Invicti, el "Nacimiento del Sol invicto", celebrada el 25 de diciembre, ejerció una fuerte influencia sobre nuestra fecha Navideña. El papa Julio I pidió en el 350 que el nacimiento de Cristo fuera celebrado en esa misma fecha, para hacer más fácil que los romanos pudiesen convertirse al cristianismo sin abandonar sus festividades de esa fecha. En el Imperio romano, las celebraciones de Saturno durante la semana del solsticio, que eran el acontecimiento social principal, llegaban a su apogeo el 25 de diciembre. La lectura atenta de expedientes históricos indica que la primera mención de tal banquete en Constantinopla no sucedió sino hasta 379, bajo San Gregorio Nacianceno. En Roma, puede ser confirmado solamente cuando se menciona un documento aproximadamente del año 350.
En un tratado anónimo sobre solsticios y equinoccios se afirmo que "Nuestro Señor fue concebido el 8 de las calendas de abril en el mes de marzo (25 de marzo), que es el día de la Pasión del Señor y de su concepción, pues fue concebido el mismo día en que murió". Si fue concebido el 25 de marzo, la celebración de su nacimiento se fijaría nueve meses después, es decir, el 25 de diciembre.
Los Evangelios no proporcionan ayuda alguna acerca de la fecha del nacimiento de Cristo; según sus datos, nos encontramos con argumentos contradictorios. Parece imposible que el censo se haya realizado en invierno: toda una población no podría haberse puesto en camino. Por otra parte, sí pudo haberse realizado en invierno; pues sólo durante esta época del año el trabajo en el campo era suspendido.
Durante la Reforma protestante, la celebración del nacimiento de Cristo fue prohibida por algunas iglesias protestantes, llamándola "Trampas de los papistas" y hasta "Garras de la bestia", debido a su relación con el catolicismo y el paganismo antiguo. Después de la victoria parlamentaria contra el Rey Carlos I durante la Guerra civil inglesa en 1647, los gobernantes puritanos ingleses prohibieron la celebración de la Navidad. En la actualidad, los Testigos de Jehová no celebran la Navidad.
Y ahora, cual es la segunda respuesta al título de esta reflexión, que es lo que importa una fecha, o mi salvación, tu salvación ¿Cuándo llego Jesús a tu vida? ¿Qué ha hecho el por ti? ¿Que has hecho tu por él? ¿Murió apenas nació? ¿Cristo vive en nosotros? ¿Qué espacio ocupa en nuestras vidas? En definitiva, cual es la importancia de una fecha si esa fecha no significa nada en mi vida. Hoy si quieres puede ser esa fecha en que se divida la historia de nuestras vidas, si así Tú lo quieres.
No hay comentarios:
Publicar un comentario