Al
encontrarse con una delegación del Centro Wiesenthal para la defensa de los
derechos humanos el Papa Francisco reafirmó la condena de la Iglesia contra
toda forma de antisemitismo. Y añadió que el problema de la intolerancia debe
ser afrontado en su conjunto, porque donde cualquier minoría se ve amenazada,
está en peligro el bien de toda la sociedad. Por tanto, debemos unir las
fuerzas para favorecer una cultura del encuentro, del respeto, de la
comprensión y del perdón recíproco. Y para hacerlo se necesita una alianza
entre las generaciones: no sólo el pasaje de conocimientos, sino transmitir a
los jóvenes la pasión por el encuentro y el diálogo con el otro.
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