“¡Tengan confianza en la fuerza de la cruz de Cristo! Les
pido que den un testimonio convincente del mensaje reconciliador de Cristo en
sus casas, en sus comunidades y en todos los ámbitos de la vida nacional”. El
Papa Francisco concluyó su viaje apostólico en la República de Corea con mucha
esperanza, deseando la paz y la reconciliación a una nación que hace más de 60
años vive la experiencia de la división y del conflicto. En la Catedral de
Seúl, el Pontífice recordó que como cristianos estamos llamados a “rechazar con
firmeza una mentalidad fundada en la sospecha, en la confrontación y la
rivalidad, y promover, en cambio, una cultura modelada por las enseñanzas del
Evangelio”. Y es el perdón la clave.
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