viernes, 29 de agosto de 2014

RESUMEN DE LA CATEQUESIS DEL PAPA


Queridos hermanos y hermanas:

Cuando recitamos el "Credo”, decimos que la Iglesia es "una” y "santa”, aunque sabemos por experiencia que también está compuesta de pecadores y que no faltan divisiones.
Jesús, antes de su Pasión, pidió por la unidad de sus discípulos: "que todos sean uno”. Nos confía así su deseo de que la unidad sea una de las notas características de nuestra comunidad.

Los pecados contra la unidad no son sólo los cismas, sino también las cizañas más comunes de nuestras comunidades: envidias, celos, antipatías… sacarle el cuero a los demás. Esto es humano, pero no es cristiano.

En una comunidad cristiana, la división es uno de los pecados más graves, porque no permite que Dios actúe. Es el diablo el que separa, destruye las relaciones, siembra prejuicios. Lo que Dios quiere es que seamos acogedores, que nos perdonemos y nos amemos para parecernos cada vez más a Él, que es comunión y amor. En esto consiste la santidad de la Iglesia: en reproducir la imagen de Dios, rico en misericordia y gracia.

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