Como siempre, el Papa recorrió toda
la plaza de San Pedro con el papamóvil, justo antes de la audiencia general. Hace frío en el Vaticano, por lo que los niños que saludaron
al Papa iban bien abrigados.
Cada uno hizo lo que pudo para
conseguir un saludo del Papa. Este grupo de peregrinos llevó un cuerno con el
que consiguieron su propósito.
En su catequesis, el Papa explicó que en la Biblia Dios pone en práctica su misericordia también
dando consuelo a las personas.
FRANCISCO
"También nosotros podemos vivir a
veces algún tipo de exilio, como la soledad, el sufrimiento, la muerte, que nos
hace pensar que estamos abandonados por Dios. Nos podemos preguntar: ¿Dónde
está Dios? El Profeta Jeremías nos da una respuesta: Dios está cerca de
nosotros, es fiel y hace grandes obras de salvación en aquellos que esperan en
Él”.
Cuando estaba reflexionando sobre el
exilio del pueblo judío, el Papa se apartó del discurso escrito y habló de la situación de los migrantes forzados y de los
refugiados.
FRANCISCO
"Cuando intentan entrar en otro
lugar, les cierran las puertas. Y se quedan allí, en la frontera, porque muchas
puertas y muchos corazones se han cerrado. Los emigrantes de hoy que sufren,
dejados en la calle, sin comida, y sin poder entrar. No sienten la acogida.
Cómo me gusta cuando oigo que las naciones o los gobernantes abren el corazón y
abren sus puertas”.
El Papa saludó también a los jóvenes
de Cracovia, que ya están preparando la Jornada Mundial de la
Juventud de julio próximo. Les ha pedido que se preparen
también espiritualmente para recibir a los cientos de miles de participantes
como Cristo los haría.
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