"'Socorran al
oprimido, hagan justicia al huérfano, defiendan la causa de la viuda'. Ocúpense
del prójimo: del enfermo, del pobre, del que tiene necesidad, del ignorante.
Ésta es la piedra de parangón. Los hipócritas no saben hacer esto, no pueden,
porque están tan llenos de sí mismos que están ciegos para mirar a los demás.
Cuando uno camina un poco y se acerca al Señor, la luz del Señor le hace ver
estas cosas y va a ayudar a los hermanos. Éste es el signo, éste es el signo de
la conversión". "No es toda la conversión", eso es, en efecto,
"el encuentro con Jesucristo", pero "el signo de que nosotros
estamos con Jesucristo es éste: atender a los hermanos, a los pobres, a los
enfermos, como el Señor n
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