Arzobispo de Bolonia (Italia)
"Quería llegar a esas personas que creía, que temía,
que se sentían rechazadas por la Iglesia. Quería encontrarlas para decirles
sólo una cosa: 'La Iglesia no os rechaza, Jesús os ama'”.
Por eso, celebró un primer encuentro con unas doscientas
parejas de divorciados vueltos a casar. Muchos le pidieron continuar el camino
dentro de la Iglesia, a pesar de que se habían llegado a sentir rechazados.
Creó grupos reducidos y, tras esta experiencia, el cardenal concluye que, si se
explica bien el por qué, las personas divorciadas comprenden que no pueden comulgar.
CARD. CARLO CAFFARRA
Arzobispo de Bolonia (Italia)
"Explicando las razones, estas personas me han dicho y,
les repiten a los sacerdotes que les siguen, que han entendido que la Iglesia
no podía hacer otra cosa y que, aún así, sienten que les sigue tratando como
madre”.
El cardenal Caffarra cuenta que pocos días antes del Sínodo,
recibió una carta de una divorciada vuelta a casar que le agradecía su labor.
CARD. CARLO CAFFARRA
Arzobispo de Bolonia (Italia)
"Esta carta decía:'Eminencia, le damos las gracias y
también a los sacerdotes que nos han acompañado porque, finalmente, siento que
la Iglesia es mi casa. No me siento ya rechazada, no me siento juzgada. Es mi
casa, donde me siento realmente acogida'. Y decía además que esto le había
ayudado a resolver los problemas psicológicos que el abandono de su marido le
había producido”.
El acompañamiento, la formación y la cercanía se han
revelado en esta propuesta del cardenal Caffarra como la fórmula para acoger a
los divorciados vueltos a casar. Dice que los sacerdotes tienen que trabajar
con esta premisa.
CARD. CARLO CAFFARRA
Arzobispo de Bolonia (Italia)
"No siempre los sacerdotes entienden que la doctrina de
la Iglesia sobre el acceso a los sacramentos no exige una actitud de rechazo de
la persona”.
Además de la atención a los divorciados, desde la diócesis
de Bolonia se está promoviendo una pastoral para jóvenes con el fin de que
puedan redescubrir la belleza de la vida matrimonial.
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