"Jesús
muestra que el corazón del samaritano es bueno y generoso, y que - a diferencia
del sacerdote y el levita -- hace la voluntad de Dios, que desea misericordia y
no sacrificio". El Papa Francisco comentó la parábola del Buen Samaritano,
antes de rezar el Ángelus, en el portón del Palacio Apostólico de Castel
Gandolfo.
Dios siempre quiere esto: ¡misericordia y no ir condenando a todos, no!
La misericordia del corazón, porque Él es misericordioso. Sabe entender
nuestras miserias, dificultades y pecados. Nos da a todos su corazón
misericordioso y el Samaritano imita la misericordia de Dios, que va hacia el
que necesita
amen!
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