“Las divisiones entre los cristianos, mientras hieren a la
iglesia, hieren a Cristo”. Son palabras del Papa Francisco en la Audiencia
General, en la Plaza de San Pedro. El Santo Padre resaltó una vez más el drama
y la vergüenza de la división entre los discípulos de Cristo. Heridas que
tienen sus raíces en la historia, muchas veces marcadas por guerras, pero que
hoy no deben impedir el ecumenismo espiritual, la voluntad de caminar juntos y
de rezar el uno por el otro.
“Lo que es cierto es que, en un modo o en el otro, detrás de
estas laceraciones están siempre la soberbia y el egoísmo, que son causa de
todo desacuerdo y nos hacen intolerantes, incapaces de escuchar y aceptar a
aquellos que tienen una ...
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