“El diablo es el envidioso y no tolera que una tierra sea
así de fecunda en misioneros. La oración al Señor para que Quebec vuelva sobre
este camino de fecundidad, de dar al mundo tantos misioneros. Y estos dos que
han, por así decir, fundado la Iglesia de Quebec, nos ayuden como intercesores.
Que la semilla que ellos han sembrado crezca y dé fruto de nuevos hombres y mujeres
valientes, de previsión, con corazón abierto a la llamada del Señor”. Así Papa
Francisco en la Homilía de la misa de acción de gracias por la canonización
equivalente, es decir, decretada por el Papa aún en ausencia de un milagro, de
los santos canadienses Francisco de Laval y María de la Encarnación, celebrada
en la basílica de .
No hay comentarios:
Publicar un comentario