El apoyo a
víctimas de catástrofes naturales y su consuelo a los niños abandonados de
Filipinas y la invitación a las familias
a estar unidas fueron algunos de los mensajes que Francisco dejó en este viaje.
1.-
CORRUPCIÓN
FRANCISCO
"Como
muchas voces en vuestro país han señalado, es más necesario ahora que nunca que
los líderes políticos se distingan por su honestidad, integridad y compromiso
con el bien común. De esta manera ayudarán a preservar los abundantes recursos
naturales y humanos con que Dios ha bendecido este país”.
2.- LUCHA
CONTRA DESIGUALDADES
FRANCISCO
"La
Iglesia está llamada a reconocer y combatir las causas de la desigualdad y la
injusticia profundamente arraigada, que deforman el rostro de la sociedad
filipina”.
3.- A LAS
FAMILIAS: ¡NO DEJÉIS DE SOÑAR!
FRANCISCO
"Cuando
en una familia se pierde la capacidad de soñar los chicos no crecen, el amor no
crece, la vida se debilita y se apaga”.
4.- ALERTA
CONTRA LA "COLONIZACIÓN IDEOLÓGICA”
FRANCISCO
"Y así
como nuestros pueblos, en un momento de su historia llegaron a la madurez de
decirle 'no' a cualquier colonización política, como familias tenemos que ser
muy, muy sagaces, muy hábiles, muy fuertes para decir 'no' a cualquier intento
de colonización ideológica sobre la familia”.
5.- ELOGIO
DE PABLO VI
FRANCISCO
"Vio
esta amenaza de destrucción de la familia por la privación de los hijos. Pablo
VI era valiente. Era un buen pastor. Y alertó a sus ovejas sobre los lobos que
venían”
6.- CONSUELO
A VÍCTIMAS DEL TIFÓN HAIYÁN
FRANCISCO
"Tantos
de ustedes se han preguntado mirando a Cristo: ¿por qué Señor? Y el Señor
responde al corazón de cada uno, desde su corazón. Yo no tengo otras palabras
que decirles. Miremos a Cristo, Él es el Señor y Él nos comprende porque pasó
por todas las pruebas que nos sobrevienen a nosotros”.
7.- NIÑOS
ABANDONADOS
"¿Por
qué Dios permite que pase esto, si los niños no tienen la culpa? ¿Y por qué nos
ayudan tan pocas personas?”.
FRANCISCO
"Presten
ustedes atención. Ella hoy ha hecho la única pregunta que no tiene respuesta. Y
no le alcanzaron las palabras, necesitó decirlas con lágrimas. Los invito a que
cada uno se pregunte: ¿yo aprendí a llorar? ¿A llorar cuando veo un niño con
hambre, un niño drogado en la calle, un niño que no tiene casa, un niño
abandonado, un niño abusado, un niño usado por la sociedad como esclavo? ¿O mi
llanto es el llanto caprichoso de quien llora porque querría algo más?”.
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