En su encíclica
"Laudato Si” el Papa Francisco no pide medidas técnicas
para curar las heridas ecológicas, sino un cambio "valiente” de estilos de
vida. Y es que puede bastar un pequeño gesto para cambiar el planeta.
El primero es muy
fácil: detenerse para admirar la belleza del mundo y la
naturaleza, que nos llevará a cuidarla mejor.
El segundo es
ejercitarse en la sobriedad para aprender a disfrutar con poco:
por ejemplo, pasando tiempo con los amigos, o hablando con los hijos.
En concreto, pide
que se cuiden bien a las personas y a las cosas. Desde pedir permiso, dar las
gracias o dominar la agresividad; hasta ser ordenados y limpios.
Habla también de Internet: dice que el encuentro generoso entre personas
no se consigue con la mera acumulación de datos.
A lo largo de la
encíclica pide un valiente cambio de estilo de vida. En
concreto, modificar actitudes nocivas de consumo. Y aquí es mucho más concreto.
Por ejemplo, pide
sobriedad en el uso o la intensidad del aire acondicionado.
También, cuando hace frío, invita a ponerse un jersey en casa en lugar de
aumentar la calefacción.
Sugiere otras
medidas prácticas como no usar cubiertos y platos de plástico o
papel; no derrochar agua; diferenciar la basura para poder reciclar y eliminar residuos peligrosos; cocinar más o menos lo que se va a comer para no
desperdiciar comida; apagar las luces cuando
no hace falta tenerlas encendidas y usar transporte público o
compartido.
Otro consejo del
Papa es plantar árboles, cuidar bien las plantas y
tratar con ternura a los animales, porque tienen una dignidad
propia.
Francisco invita a
ser valientes también respecto al reciclaje de papel; aunque como regla general
pide aprender a reutilizar lo que usamos en el día a día.
El Papa también
elogia a las organizaciones de consumidores porque
consiguen que las grandes empresas les escuchen y no dicten ellas solas las
reglas del mercado.
No hay comentarios:
Publicar un comentario