jueves, 13 de agosto de 2015

Castel Gandolfo: la segunda casa de los Papas


"¿Cómo está? Que pase unas buenas vacaciones”.
"Gracias. También a usted”.

Antes de su viaje a Latinoamérica, el Papa Francisco tuvo un bonito gesto y visitó a Benedicto XVI, antes de que este comenzara sus vacaciones en Castel Gandolfo.

El Palacio de Castel Gandolfo está a pocos minutos en helicóptero del Vaticano y es la tradicional residencia de verano del Papa. Sus temperaturas más frescas y las hermosas vistas del lago Albano son algunas de las ventajas que  convierten este lugar en ideal para pasar el verano.

El palacio fue construido en la primera mitad del siglo XVII, durante el papado de Urbano VIII, y durante más de 200 años ha sido usado por casi todos los pontífices.

Esta tradición se interrumpió en 1870 con la disputa entre Italia y el Vaticano. Fue a partir de 1929 cuando la Santa Sede adquirió oficialmente los terrenos del palacio y algunas propiedades más. Desde entonces, se ha convertido en la residencia vacacional de casi todos los Papas.  

Castel Gandolfo ha sido testigo de importantes eventos. Por ejemplo, la encíclica "Summi Pontificatus”, firmada por el Papa Pío XII el 24 de agosto de 1939.  La zona alberga también el Observatorio Astronómico Vaticano.

En la Segunda Guerra Mundial, el Vaticano escondió a judíos que buscaban refugio. Decenas de niños nacieron dentro del palacio durante el conflicto.

El Papa Juan Pablo II pasó largas temporadas en Castel Gandolfo, y Benedicto XVI veranea también allí. De hecho, ha habido Papas que han fallecido en este mismo lugar. El más reciente, el Papa Pablo VI en 1978.


Sin embargo, el Papa Francisco ha preferido romper con esta tradición. Durante su pontificado ha visitado la residencia en cuatro ocasiones, pero en ninguna de ellas ha permanecido más de un día. En su visita a Benedicto XVI, el mismo Francisco reconoció que prefería estar en el Vaticano porque para él descansar es simplemente cambiar de actividad.

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