El Papa recordó después del rezo del
Ángelus el 70 aniversario de los
bombardeos nucleares en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki. Explicó que estos hechos causan
aún horror y repulsión y dijo que tienen que servir al mundo de ejemplo.
FRANCISCO
"Se ha convertido en un símbolo
del desmesurado poder destructivo del hombre cuando hace un uso distorsionado
de los progresos de la ciencia y de la técnica y constituye una advertencia
permanente para la humanidad; para que repudie para siempre la guerra y prohíba
las armas nucleares y todas las armas de destrucción masiva”.
Francisco pidió que este recuerdo
empuje a buscar la paz y la concordia entre los pueblos y
contribuya a extender una ética de fraternidad. El Papa hizo además un
llamamiento mundial.
FRANCISCO
"Que desde cada rincón se alce una
sola voz: ¡No a la guerra, sí al diálogo, sí a la paz! Con la guerra siempre se
pierde. El único modo de ganar una guerra es no hacerla”.
Y de un punto del planeta a otro.
Francisco también recordó la creciente tensión y violencia que
amenazan El Salvador.
FRANCISCO
"Invito al querido pueblo
salvadoreño a que conserve unido la esperanza y os exhorto a todos a rezar para
que en la tierra del beato Óscar Romero vuelva a florecer la justicia y la
paz”.
Antes del rezo del Ángelus el Papa
habló del don de la fe y recordó que no es algo privado
sino que es un don para compartir, un don "para la vida del
mundo”.
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