Los Museos Vaticanos han vuelto a
abrir al público una de sus salas con más historia la "Sala degli Indirizzi”, la sala de los
mensajes, que tras dos años de restauración, puede volver a visitarse.
GUIDO CORNINI
Museos Vaticanos
"La sala se llama así porque
conservaba los mensajes, es decir, los regalos que soberanos y jefes de Estado
de todo el mundo entregaban al Papa: hablamos de medallas, diplomas y otros
objetos similares que estaban de moda. Muestran el tipo de relaciones
internacionales que había a nivel diplomático”.
La sala conserva colecciones del
Museo de la Biblioteca Vaticana. En su interior hay cálices, patenas y
distintos objetos litúrgicos de muchos siglos de antigüedad.
Uno de los objetos más llamativos es este crucifijo que Luis XVI de Franciallevaba
consigo en el momento de su muerte.
GUIDO CORNINI
Museos Vaticanos
"Es un crucifijo devocional, una
pequeña cruz pintada para devoción personal que Luis XVI de Francia tuvo en su
vida y que sujetaba en la mano cuando fue encarcelado durante la Revolución
Francesa. Incluso lo tenía en el camino que separaba su celda del patíbulo
donde fue guillotinado”.
Fue el último objeto que vio y al que
rezó antes de ser ejecutado.
También hay objetos de aquella época,
que pertenecieron al Papa Pío VII, como este sombrero o este bastón con el que
salía a pasear. Durante su pontificado se produjo la Revolución Francesa, pero
también es conocido por ser quien restauró la Compañía de Jesús en 1814.
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