Francisco fue recibido como toda una
estrella en la escuela Nuestra Señora de los Ángeles de Harlem. Los
estudiantes no dudaron en inmortalizar el momento con sus smartphones. Algunos
incluso pidieron al Papa un selfie.
Ya dentro de la escuela, alumnos de
cuatro colegios de Nueva York ofrecieron al Papa la más cálida de las
bienvenidas con una canción. Además le explicaron algunos de sus
proyectos sobre el cuidado medio ambiente.
Después de estar con los niños, se
reunió con un grupo de inmigrantes que han recibido ayuda de organizaciones
católicas. Dos trabajadores entregaron al Papa un casco y
un cinturón de obrero y le explicaron el sentido que le dan a
su trabajo.
"Construimos día a día para
sentirnos que también estamos poniendo nuestro granito de arena en los Estados
Unidos”.
En su breve discurso, el Papa recordó
que, a pesar de las dificultades que conlleva empezar de cero en una cultura
diferente con un idioma diferente, lo importante es ponerse en camino.
FRANCISCO
"Aunque sé que no siempre es fácil
tener que trasladarse y encontrar una nueva casa, vecinos, amigos. No es fácil,
pero hay que empezar.”
También les dijo que, aún con los
altibajos propios de la vida, no olviden que la alegría y la esperanza vienen
de Cristo. Tomó prestadas unas palabras de Martin Luther King y
aseguró que todas las personas tienen derecho a soñar.
FRANCISCO
"Un día dijo: "tengo un
sueño”. Y él soñó que muchos niños, que muchas personas tuvieran igualdad de
oportunidades. Él soñó que muchos niños como ustedes tuvieran acceso a la
educación. Él soñó que muchos hombres y mujeres como ustedes pudieran llevar la
frente muy alta con la dignidad de poder ganarse la vida”.
Como estaba en una escuela, aprovechó
para mandar "unas tareas para hacer en casa”. Pidió a todos los presentes
que recen por él, para que pueda seguir
transmitiendo la alegría de Jesús.
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