Durante el rezo del Ángelus, el Papa
explicó que el estricto seguimiento de la ley de Dios no
hace mejores a los cristianos.
FRANCISCO
"Como entonces para los fariseos,
existe también para nosotros hoy el peligro de considerar que estamos bien o
somos mejores que los demás por el simple hecho de observar las reglas y las
costumbres aunque no amemos al prójimo y seamos duros de corazón, soberbios y
orgullosos”.
Francisco puso un ejemplo de esta
actitud que, por desgracia, sucede en las parroquias y grupos eclesiales.
FRANCISCO
"Cuánto daño hacen a la Iglesia y
cuánto escándalo provocan esas personas que se dicen "muy católicos” y van
mucho a la iglesia pero, después, en su vida cotidiana descuidan a la familia,
hablan mal de los demás y más cosas. Esto es lo que condena Jesús. Porque es un
anti-testimonio cristiano”.
Por eso, el Papa explicó que primero es necesario un cambio interior, un corazón purificado
libre de hipocresía.
FRANCISCO
"Pidamos al Señor, por intercesión
de la Virgen Santa, que nos dé un corazón puro, libre de toda hipocresía”.
Por último, Francisco dijo que sin
este corazón "no es posible tener manos y labios verdaderamente limpios
como para pronunciar palabras sinceras de amor, misericordia y perdón".
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