Francisco ha recibido en el
Vaticano la distinción más prestigiosa de Europa, el premio Carlomagno.
Así lo ha motivado el presidente de la ciudad de Aquisgrán que concede el
premio.
"Como reconocimiento de su
extraordinario empeño a favor de la paz, de la comprensión y de la
misericordia en una sociedad europea de valores”.
A la ceremonia han acudido jefes de
Estado y de gobierno como el rey de España Felipe
VI, y la canciller alemana Angela Merkel. Pero sólo han intervenido
las principales autoridades europeas, que han explicado la situación del Viejo
Continente.
MARTIN SCHULZ
Presidente del Parlamento europeo
"Santo Padre, deseo decirlo
claramente: Europa está atravesando una crisis de solidaridad y los valores
comunes sobre los que se funda están vacilando”.
JEAN-CLAUDE JUNCKER
Presidente de la Comisión europea
"Europa es más que una articulación
de instituciones, indicadores y procesos, más que una comunidad con fines
económicos. Europa, como yo la veo, es una unión de fuerzas: por la humanidad,
por una paz que comienza en lo cotidiano”.
En su ambicioso discurso, el Papa ha lamentado que los europeos hayan dejado de percibir
el proyecto común europeo, y que se dejen dominar por egoísmos,
resignación y cansancio.
FRANCISCO
"¿Qué te ha sucedido Europa
humanista, defensora de los derechos humanos, de la democracia y de la
libertad? ¿Qué te ha pasado Europa, tierra de poetas, filósofos, artistas,
músicos, escritores? ¿Qué te ha ocurrido Europa, madre de pueblos y naciones,
madre de grandes hombres y mujeres que fueron capaces de defender y dar la vida
por la dignidad de sus hermanos?”
Ante la crisis política y de
identidad que atraviesa el Viejo Continente, el Papa ha pedido a cada
ciudadano que haga memoria del pasado para construirlo de nuevo.
Se trata de retomar la generosidad y audacia de quienes tras la II Guerra
Mundial emprendieron el proyecto europeo.
FRANCISCO
"Una Europa capaz de dar a luz un
nuevo humanismo basado en tres capacidades: la capacidad de integrar, capacidad
de dialogar y la capacidad de generar”.
El Papa ha invitado a construir una
Europa solidaria, centrada en las personas, con una economía que en lugar de
basarse en la especulación, invierta en las personas y en en el pleno empleo
para los jóvenes.
Lo ha explicado con un evocador discurso.
FRANCISCO
"Sueño una Europa, donde ser
emigrante no sea un delito, sino una invitación a un mayor compromiso con la
dignidad de todo ser humano".
Sueño una Europa donde los jóvenes
respiren el aire limpio de la honestidad, amen la belleza de la
cultura y de una vida sencilla, no contaminada por las infinitas necesidades
del consumismo; donde casarse y tener hijos sea una responsabilidad y una gran
alegría, y no un problema debido a la falta de un trabajo suficientemente
estable.
"Sueño una Europa que promueva y
protega los derechos de cada uno, sin olvidar los deberes para con
todos".
"Sueño una Europa de la cual no se
pueda decir que su compromiso por los derechos humanos ha sido su última
utopía”.
Antes de marcharse, se ha detenido
con el rey de España, que le ha entregado una edición facsímil de los
autógrafos de Cervantes.
El Papa ha saludado a todos los líderes
que han acudido, y también a muchos invitados como el ex presidente de España, Felipe
González.
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