Los obispos de Kenia se
reunieron con el Papa y como no podía ser de otra manera
hablaron del atentado en la Universidad de Garissa en el
que fueron asesinados 150 estudiantes cristianos. El ataque fue
reivindicado por el Estado Islámico.
Visiblemente afectado, Anthony Muheria asegura que la reacción mundial no
estuvo a la altura de la tragedia. Lamenta que una vida en
África valga menos.
MONS. ANTHONY MUHERIA
Obispo de Kitui (Kenia)
"Hablan cuando les afecta de
cerca. Si les hubiera afectado a ellos, si fuera un exchange student de Estados
Unidos, me parece que hubiera sido muy diferente lo que hubiera hecho Estados
Unidos”.
Dice que la comunidad internacional
debe actuar ya ante el yihadismo porque no es un problema aislado, es una
amenaza global. Recuerda que este fanatismo no tiene nada que ver con la
religión.
MONS. ANTHONY MUHERIA
Obispo de Kitui (Kenia)
"Esto es lo que tenemos que
lamentar y decirlo, una vez y otra. Sea americano, sea italiano, sea keniano,
sea africano, sea indio, sea asiático, educado, no educado, musulmán, con
dinero, sin dinero. Es una vida y 150 es demasiado”.
La Iglesia está prestando apoyo moral
y espiritual a las familias de las víctimas. También intenta que el extremismo
no empañe la convivencia.
MONS. ANTHONY MUHERIA
Obispo de Kitui (Kenia)
"Nosotros como Iglesia estamos
intentando hablar con la gente. Primero, perdonar. En este año de misericordia.
Y segundo, no dejar espacio al odio o sentido de vendeta o venganza. No es
fácil porque es humano que las personas sientan esta amargura”.
Pese a que el atentado en Garissa
estuvo claramente dirigido contra los cristianos, la Iglesia cuenta con mucha
fuerza en Kenia. Hay más de 7 millones de católicos, un tercio de la población
del país, 5.000 jóvenes se preparan para ser sacerdotes en el país.
MONS. ANTHONY MUHERIA
Obispo de Kitui (Kenia)
"Estamos en un momento de gracia,
momentos en los que se ve que el Espíritu Santo está muy activo, muy presente
porque esos frutos no se pueden ver ni testimoniar si no hay esta ayuda fuerte
del Espíritu Santo”.
En la bendición Urbi et Orbi de
Pascua, el Papa recordó a estos 150 jóvenes asesinados por el único hecho de
estar bautizados.
Francisco denuncia constantemente la
persecución y el silencio cómplice contra los cristianos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario