Nació en Cochabamba, Bolivia,
y dedicó toda su vida al servicio de los más pobres. Una
mujer que fue revolucionaria para su tiempo, que se reveló contra las
costumbres de su época para estar al lado de la gente necesitada.
FERNANDO SARABIA BLANCO
Sobrino de Virginia Blanco
"Se dedicó a todo esto con mucha
humildad, sin hacer pesar a nadie, ella hacía su trabajo como una hormiga.
FLASH Y la gran revolución está justamente en esto, una persona humilde,
siempre disponible a escuchar al prójimo. A ayudar a todos y que nunca se ha
vanagloriado de nada de lo que ha hecho”.
Debido al exilio de sus padres
Fernando y su hermano vivieron desde pequeños con su tía Vicky, como ellos le
llamaban. Por eso la recuerda como su madre, una madre de la que aprendió
humildad y valor.
FERNANDO SARABIA BLANCO
Sobrino de Virginia Blanco
"Entonces teóricamente nosotros
teníamos que trasladarnos a la casa de nuestros padres. Y yo y mi hermano no
queríamos trasladarnos, estábamos tan bien con ella”.
Conocida en Bolivia como la "hormiguita de oro”, con su labor llegó a
socorrer a unas 1000 personas a diario. Lo hizo a través de obras como dos
comedores sociales y una consulta para la atención de personas de escasos
recursos.
FERNANDO SARABIA BLANCO
Sobrino de Virginia Blanco
"Prácticamente yo he vivido todas
las obras que ella hacia, sin darme cuenta porque en realidad muchas
cosas de lo que ella hacia yo no sabía. Colaborábamos con ella porque nos lo
pedía”. FLASH "Ahora me doy cuenta de lo extraordinario de esta mujer, tan
simple y tan humana”.
Laica de Acción católica, poseía una
cultura general muy superior a la de las mujeres de su época. Murió por un paro
cardíaco en la noche del 23 de julio de 1990, a los 74 años de edad.
Entre los posibles milagros que le
harían llegar a los altares está la recuperación inmediata de una mujer de
Bolivia por una aneurisma o el cáncer de útero de una de sus sobrinas. Uno de
estos milagros conseguirá que Bolivia tenga por fin su primera santa de la
historia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario