Así de abarrotada estaba el domingo
la plaza de San Pedro durante el Regina Coeli que dirigió el
Papa Francisco desde la ventana de su estudio.
El Papa recordó a Óscar Romero,
el arzobispo salvadoreño asesinado en 1980 que fue beatificado el sábado en su
país natal.
PAPA FRANCISCO
"Este pastor generoso, siguiendo
el ejemplo de Jesús, decidió estar en medio de su pueblo, especialmente de los
pobres y los oprimidos, incluso a costa de su vida”.
También reflexionó sobre el
Evangelio de la fiesta de Pentecostés y destacó que la Iglesia es universal como
también lo es su mensaje.
PAPA FRANCISCO
"La Iglesia no nace aislada, nace
universal, una, católica. Con una identidad precisa, pero abierta a todos”.
Que la Iglesia sea universal significa que abre sus puertas a todas las
personas, tanto pecadores como santos.
PAPA FRANCISCO
"Nuestra Madre Iglesia no cierra
la puerta en la cara a nadie. ¡A nadie! Ni siquiera al peor pecador, ¡a nadie!
Y esto gracias a la fuerza y a la gracia del Espíritu Santo”.
El Papa también rezó por las más
de 3.600 personas de Myanmar que escaparon a Indonesia. Todo
apunta a que muchos más no lo consiguieron y se ahogaron en el mar.
Y como es habitual, antes de marcharse pidió a todos que recen por él.
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