Durante la audiencia general de hoy
el Papa explicó por qué Cristo llevó la misericordia "a su
plenitud”.
Dijo que toda su vida fue un ponerse "en la fila de los pecadores”,
junto a ellos, para mostrar así su compasión con la condición humana. Por
tanto, subrayó, no hay que temer sentirse pecadores y pedir
perdón porque siempre tenemos la certeza del perdón de
Dios.
RESUMEN DE LA CATEQUESIS DEL PAPA EN
ESPAÑOL
Queridos hermanos y hermanas:
Después de reflexionar sobre la
misericordia de Dios en el Antiguo Testamento, iniciamos a meditar ahora como
el Señor la ha llevado a su plenitud. Todo el Evangelio es una muestra de ese
amor puro, gratuito y absoluto que llega a culmen con el Sacrificio de la
Cruz.
Jesús comienza su misión poniéndose en
la fila de los pecadores, para recibir el bautismo de Juan, mostrándonos así su
compasión, su solidaridad con la condición humana. En la Sinagoga de Nazaret
afirma que todo lo que hará será cumplir este programa inicial, llevando
consolación, salud y perdón a quien acudía a Él.
En el Jordán, ninguno pudo entender
este gesto, sólo el Padre, que declara: «Este es mi hijo, el amado, mi
predilecto», ratificando con la unción del Espíritu el camino que el Señor ha
tomado.
En la Cruz contemplamos este gran
misterio de amor. En ella, el inocente muere por los culpables y, desde ella,
suplica al Padre el perdón para todos, sin excluir a nadie. Por eso no debemos
temer reconocernos pecadores, pues ha llevado nuestro pecado sobre su Cruz y,
cuando nos confesamos arrepentidos, tenemos la certeza de su perdón.
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