Calurosa y bulliciosa audiencia general en la plaza
de San Pedro. Francisco saludó desde el papamóvil, como siempre, a miles de
peregrinos que acudieron para escuchar su catequesis.
El Papa explicó cómo un arrepentimiento sincero se gana el corazón de Dios
y su perdón incondicional.
Recordó el fragmento del Evangelio en
donde una mujer arrepentida de sus pecados se presenta en la casa de un fariseo
y lava los pies de Jesús. Francisco dijo que el fariseo la desprecia porque es
un hipócrita y no mira su propio pecado.
FRANCISCO
"Todos somos pecadores. Pero
muchas veces caemos en la tentación de la hipocresía. Un poco el creerse mejor
que los demás. Pero mira tu pecado; miremos todos nuestro pecado, nuestras
caídas, nuestros errores”.
El Papa dijo que hay que diferenciar
entre el pecado, oposición radical al amor de Dios y los pecadores, a quienes
hay que ayudar a comenzar una nueva vida.
FRANCISCO
"Cristo no hace componendas con el
pecado, que es oposición radical al amor de Dios. Pero no rechaza a los
pecadores, sino que los acoge. Jesús, el Santo de Dios, se deja tocar por
ellos, sin miedo de ser contaminado, los perdona y los libera del aislamiento
al que estaban condenados por el juicio despiadado de quienes se creían
perfectos, abriéndoles un futuro”.
Al terminar el Papa quiso recordar en
español a las víctimas del terremoto en Ecuador,
que ha causado más de 400 víctimas.
FRANCISCO
"Y en esta lengua que nos une a
España y Latinoamérica; Hispanoamérica, quiero expresar también a nuestros
hermanos del Ecuador nuestra cercanía y nuestra oración en este momento de
dolor. Gracias”.
El Papa recordó la guerra en Ucrania y dijo que este domingo habrá una colecta
en Europa para ayudar a los afectados.
Francisco también habló la catástrofe
nuclear de Chernóbil y saludó a un grupo
de peregrinos participantes en un congreso con motivo del 30 aniversario del
desastre nuclear.
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