"Ignorar el sufrimiento del
hombre es ignorar a Dios”. Sentida catequesis del Papa en la plaza
de San Pedro ante una multitud conmovida, especialmente ante momentos como
este.
Francisco sacó punta de la parábola
del buen samaritano. Dijo que los que ignoraron el sufrimiento del hombre
herido eran personas que, en teoría, deberían saber qué es el amor porque eran
quienes mejor conocían a Dios. Sin embargo una cosa es saber lo que es el amor
y otra cosa es amar. Y los que aman de verdad no ignoran el
sufrimiento ajeno.
FRANCISCO
"¿Qué significa ignorar el
sufrimiento del hombre? Significa ignorar a Dios. Si yo no me acerco a ese
hombre, a esa mujer, a ese niño, a ese anciano, a esa anciana que sufre, no me
acerco a Dios”.
El amor, explicó el Papa, no es una
teoría sino algo que tiene repercusiones en la vida
concreta de cada día.
El que ama se sacrifica, el que ama no
permanece indiferente ante el sufrimiento ajeno. El que ama,
como Dios, siente compasión. Por eso los que se creen superiores no creen en la
misericordia de Dios.
FRANCISCO
"Podemos cada uno de nosotros
hacernos la pregunta y responder en el corazón. ¿Yo creo? ¿Creo que el Señor
tiene compasión de mí? Así como soy pecador, con muchos problemas, muchas
cosas. Pensar en ello. Y la respuesta es sí. Pero cada uno debe mirar el corazón
si tiene fe en esta compasión de Dios, el Dios que es bueno, que se acerca, que
nos cura, que nos acaricia y que si lo rechazamos nos espera, y paciente,
siempre junto a nosotros”.
Francisco concluyó recordando que
esta parábola es una invitación a imitar el ejemplo del buen samaritano.
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