viernes, 3 de julio de 2015

Arzobispo: Tenemos que explicar mejor por qué el matrimonio es tan valioso


El arzobispo australiano Anthony Fisher ha viajado desde Sídney a Roma para recibir el palio, la cinta de lana llevan sobre los hombros los arzobispos metropolitanos.

Es un vuelo de 22 horas, pero no lo hizo solo. Con él vinieron todos sus hermanos y hermanas y también sus padres.

Cuenta que su padre, de 81 años, quiso subir de rodillas la "Scala Santa”, los mismos escalones que según una tradición subió Jesús durante el proceso de Poncio Pilato.

ANTHONY FISHER
Arzobispo de Sídney (Australia)
"Estoy orgulloso de él, pero también conmovido por lo que hizo. Cuando llegamos arriba del todo, me dijo: Anthony, la última vez que lo hice fue hace 60 años y entonces no había tantas escaleras”. 

Como arzobispo de Sídney, Anthony Fisher tiene a su cargo unas 575.000 personas. Acaba de ser nombrado miembro de la Congregación para la Doctrina de la Fe. Además, en la Pontificia Academia para la Vida, sigue de cerca cuestiones relacionadas con la bioética, la vida y la familia.

En vistas del próximo Encuentro Mundial de las Familias, y tras la aprobación del matrimonio entre personas homosexuales por parte de la Corte Suprema en EE.UU., dice que la Iglesia tiene mucho que aportar sobre estas cuestiones.

ANTHONY FISHER
Arzobispo de Sídney (Australia)
"Creo que tenemos mucho que hacer para explicar también a nuestra gente por qué creemos que el matrimonio es tan valioso, por qué importa tanto y por qué es, de hecho, entre un hombre y una mujer. Lo que está en juego es la familia, no la cuestión de las personas del mismo sexo”.

Otra cuestión es la eutanasia. El arzobispo dice que Sídney su ciudad está muy sensibilizada con la atención a los ancianos.

ANTHONY FISHER
Arzobispo de Sídney (Australia)
"Si alguien sufre, sin duda podemos pensar en formas más positivas de ayudarle afrontar su dolor físico o existencial, su soledad, la falta de sentido. Sin duda, podemos encontrar formas más creativas, más positivas de ayudar a las personas en lugar de matarlos”.


Este año en San Pedro el Papa bendijo los palios, pero no los impuso personalmente a los arzobispos. Esa ceremonia tendrá lugar en sus diócesis, cerca de las personas a las que atienden.

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