No todos los días se puede ver
al Papa Francisco por las calles de Ecuador. Por ello, en la ciudad de Tumbaco le esperaban multitudes alrededor del
hogar de ancianos atendido por las Misioneras de la Caridad. La
misma que fundó Madre Teresa de Calcuta.
Lo primero que hizo el Papa fue rezar
en silencio durante unos momentos en la capilla del hogar.
Después, la superiora le llevó hacia
los ancianos para que pudiera saludarles. El Papa les
bendijo uno por uno.
Más tarde, mantuvo una divertida
conversación con las misioneras. Las cámaras no registraron bien el sonido,
pero se vio cómo el Papa les hizo reír.
Antes de continuar su recorrido, esta
monja mostró al Papa lo emocionadas que estaban con su visita.
"Lo queremos Santo Padre....¡lo
queremos mucho!"
Hubo algunas risas cuando le
ofrecieron una caja de dulces.
FRANCISCO
¿Esto es para mi? ¡Me voy a empachar!
Al terminar la visita las multitudes
seguían gritando lo mismo que al inicio:"Queremos su bendición”. Cuando
el Papa salió del centro su equipo de seguridad y su coche gris lo estaban
esperando. Pero Francisco decidió alargarse un poco.
Finalmente les concedió su bendición y se acercó a la gente saludando y
bendiciendo a todos mientras andaba hacia el coche.
Incluso este policía encargado de
mantener el orden entre la multitud intentó conseguir su bendición.
Aunque había mucha gente, el Papa
consiguió llegar al coche gris antes de dirigirse a su próximo evento.
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