Pakistán es uno de los
principales infractores de la libertad religiosa.
Allí es ilegalque los musulmanes se conviertan al cristianismo.
Incluso un mensaje de texto que lleve escrita la palabra "Jesús” puede suponer graves problemas.
P. GILBERT GIL
Ciudadano pakistaní
"En ningún caso y de ningún modo
podemos afirmar que Jesús es el Hijo de Dios, ni siquiera a través de un
mensaje con el móvil.”
La cuestión no es nueva, y la persecución religiosa contra cristianos ha seguido
aumentando en los últimos años. La ley del país contra la
blasfemia ha sido utilizada injustamente para atacarles.
A veces, se usa como venganza y son
acusadas personas inocentes. El castigo puede ir desde una multa económica
hasta la pena de muerte.
MONS. ENRICO DAL COVOLO
Rector Universidad Pontificia
Lateranense
"Lo peor de todo es que una ley
permita la injusticia. Es una contradicción. No ocurre sólo en Pakistán. Se ve
también en muchos países de Oriente Medio.”
Shahid Mobeen acaba de
publicar este libro que muestra algunas cifras. Solamente el 2 por ciento de la
población de Pakistán es cristiana, unos 2 millones y medio de personas.
Dice que el cambio debe comenzar en
la escuela, empezando por los libros de texto que a menudo
arremeten contra las religiones minoritarias.
SHAHID MOBEEN
"La Ley contra la Blasfemia y la
Libertad religiosa”
"La solución está en promover la
educación e introducir en los colegios la historia de otras religiones. Los
libros de texto deben eliminar el contenido que critique religiones distintas
del Islam.”
El problema no sólo afecta a
Pakistán. Muchos líderes piden a la comunidad internacional que
actúe contra la ley de la blasfemia y que sancione a los países infractores.
MARIAPIA GARAVAGLIA
Senadora italiana
¿Acaso ya no estamos interesados en
este tema? ¿Ya no nos preocupamos de la ley contra la blasfemia en Pakistán?
¿Nos mostramos indiferentes ante la libertad religiosa?.”
Los cristianos son perseguidos tanto
directa como indirectamente. Solo los musulmanes pueden ser presidente, primer
ministro o juez en el Tribunal Federal, que es quien sanciona un acto denominado
no-islámico u ofensivo.
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