En su segunda jornada en Paraguay, el Papa visitó Bañado Norte, uno de los barrios más pobres de Asunción.
Francisco paseó entre las
casas y se detuvo a hablar con estas ancianas. Después continuó bendiciendo y
saludando a los vecinos y les escuchó.
Le explicaron porqué en Bañado Norte
viven unas 100.000 personas.
VECINA
"La expulsión del campo a la
ciudad, los altos precios de la tierra y la vivienda en la ciudad, sumados a
los bajos ingresos que caracterizan a nuestras condiciones de vida, son las
causas por las que llegamos a ubicarnos en el Bañado”.
Le explicaron también que la desigualdad social está creciendo en la zona y le
agradecieron su visita.
VECINA
"Nosotros los bañadenses como el
pobre Lázaro, como los leprosos del evangelio, no somos tenidos en cuenta. Los
bañados de Asunción, tierras hasta ahora olvidadas comienzan a ser miradas como
tierras muy apetecibles. Sentimos que para los grandes negocios y las
inversiones somos un estorbo y que nuestro lugar se proyecta fuera de estos
territorios”.
El Papa les pidió que sigan luchando
y sean solidarios. Les explicó que una fe sin solidaridad es una
fe muerta.
FRANCISCO
"Una fe que no se hace solidaridad,
es una fe muerta o una fe mentirosa. "Yo soy muy católico, yo soy muy
católica. Voy a Misa todos los domingos”. Pero dígame señor, señora, ¿qué pasa
allá en los Bañados? "Ah no sé, sé que hay gente ahí, pero no sé”. Por más
misa de los domingos, si no tenéis un corazón solidario, si no sabéis lo qué
pasa en tu pueblo, tu fe es muy débil, o es enferma, o está muerta. Es una fe
sin Cristo. La fe sin solidaridad es una fe sin Cristo, una fe sin Dios, una fe
sin hermanos”.
Después le presentaron el proyecto de Scholas en Paraguay, la red mundial de
escuelas que apoya el Papa. Francisco bendijo el olivo de la paz, símbolo de
este proyecto, y le pusieron esta simpática gorra.
Antes de marcharse, rezó el Padrenuestro en guaraní y pidió a los habitantes del
Bañado que sigan unidos ante la adversidad.
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