El Papa Francisco señaló
en su homilía en Casa Santa Marta que para ser santo es necesario ser humilde y
que para ser humilde es necesario reconocer los errores y las
humillaciones.
Recordó el ejemplo del rey David que reconoció su pecado ante el profeta
Natán. Aunque el ejemplo de humillación mayor, explicó el Papa, es la de
Cristo, quien dejó que lo crucificaran y lo humillaran por amor.
FRANCISCO
"Pidamos
al Señor la gracia, para cada uno de nosotros, para toda la Iglesia, la gracia
de la humildad, pero también la gracia de entender que no es posible ser
humildes sin humillaciones”.
El Papa subrayó que el rey David cambió porque fue humilde pero que un
corazón corrupto es difícil de convertir porque no acepta la equivocación y el
error.
EXTRACTOS
DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente,
Radio Vaticana)
"Se
necesita una gracia especial para cambiar el corazón de un corrupto. Y David,
que tenía el corazón noble, dice: ‘¡Ah, es verdad: he pecado!’, y reconoce su
culpa. ¿Y qué cosa dice Natán? ‘El Señor perdona tu pecado, pero la corrupción
que tú has sembrado crecerá. Tú has matado a un inocente para cubrir un
adulterio. La espada jamás se alejará de tu Casa’. Dios perdona el pecado,
David se convierte, pero las heridas de una corrupción difícilmente se curan.
Lo vemos en tantas partes del mundo”.
"Después
David dijo a sus siervos: ‘He aquí, el hijo salido de mis vísceras que trata de
quitarme la vida’. Absalón. ‘Y entonces, a este benjamín déjenlo que maldiga,
puesto que esto se lo ha ordenado el Señor. David sabe ver los signos: es el
momento de su humillación, es el momento en el que él está pagando su culpa.
‘”Quizás el Señor mire mi aflicción y me devuelva el bien a cambio de la
maldición de hoy’, y se encomienda en las manos del Señor. Este es el recorrido
de David, desde el momento de la corrupción a esta entrega en las manos del
Señor. Y esto es santidad. Esto es humildad”.
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