viernes, 12 de febrero de 2016

Francisco a los Misioneros de la Misericordia: Ante un pecador avergonzado sed acogedores



El Papa se reunió con algunos de los sacerdotes que durante el Jubileo viajarán por el mundo para perdonar los pecados más graves. Son los Misioneros de la Misericordia.

En primer lugar les recomendó que no olviden que ellos también son pecadores y que ayuden a las personas que acudan al confesionario a sentirse acogidas. De hecho, recordó que fue una confesión la que le cambió la vida el 21 de septiembre de 1953. Porque a raíz de ella decidió hacerse sacerdote.

FRANCISCO
"¿Qué me dijo el sacerdote? No me acuerdo. Sólo recuerdo que me sonrió y después no sé qué sucedió. Es recibir como padre”.

Les dijo que es importante acoger a los pecadores no sólo con las palabras sino con los gestos, para ayudarles también a vencer la vergüenza.

FRANCISCO
"La vergüenza es un sentimiento íntimo que incide en la vida personal y requiere de parte del confesor una actitud de respeto y estímulo. Muchas veces la vergüenza te hace mudo”.

Francisco les pidió que la confesión no se convierta en un interrogatorio. Dijo que no es bueno preguntar sobre detalles innecesarios que pueden humillar al penitente.


FRANCISCO
"Hace algunos meses hablaba con un sabio cardenal de la curia romana sobre las preguntas que algunos sacerdotes hacen en la confesión y él me dijo: Cuando comienza... cuando veo a una persona que quiere echarlo fuera y me doy cuénta de qué me está hablando le digo: 'Ya entendí, quédese tranquila y adelante'. Y esto es un padre”.

Francisco les invitó a seguir el ejemplo de San Leopoldo y San Pío, dos grandes confesores capuchinos. Les deseó suerte y repartió consejos, especialmente a algunos...


"Y ese que se va al Ártico que se cubra bien ¿eh?”.

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