En la catedral de la capital de
México Francisco dirigió a los obispos del país un discurso extenso, severo y
paternal al mismo tiempo.
Reflexionando sobre el mensaje de
Guadalupe comenzó recordándoles que su misión es la estar junto a su rebaño y
que estén vigilantes ante la tentación de la mundanidad.
FRANCISCO
"No se dejen corromper por el
materialismo trivial ni por las ilusiones seductoras de los acuerdos debajo de
la mesa; no pongan su confianza en los «carros y caballos» de los faraones
actuales, porque nuestra fuerza es la «columna de fuego» que rompe dividiendo
en dos las marejadas del mar, sin hacer grande rumor”.
Les dijo que el pueblo tiene el
derecho de ver en ellos a personas que están cerca de Dios, por lo que no
busquen compensaciones terrenas. A los ministros de Dios, dijo, basta la gracia
de beber "el cáliz del Señor” y custodiar la heredad que se les ha
confiado.
FRANCISCO
"No pierdan, entonces, tiempo y
energías en las cosas secundarias, en las habladurías e intrigas, en los vanos
proyectos de carrera, en los vacíos planes de hegemonía, en los infecundos
clubs de intereses o de consorterías. No se dejen arrastrar por las
murmuraciones y las maledicencias. Introduzcan a sus sacerdotes en esta
comprensión del sagrado ministerio”.
Otro punto esencial que señaló es la
unidad entre ellos mismos, entre los obispos. El Papa fue muy claro en este
aspecto.
FRANCISCO
"Si tienen que pelearse, peléense.
Si tienen que decirse cosas se las digan. Pero como hombres, en la cara, y como
hombres de Dios, que después van a rezar juntos, a discernir juntos y si se
pasaron de la raya a pedirse perdón pero mantengan la unidad del cuerpo
episcopal”.
También habló de los problemas
concretos de la sociedad mexicana: del narcotráfico y la emigración. También
pidió que se reconozca a los indígenas su contribución a la identidad del país.
FRANCISCO
"Una mirada de singular delicadeza
les pido para los pueblos indígenas y sus fascinantes, y no pocas veces
masacradas culturas. México tiene necesidad de sus raíces amerindias para no
quedarse en un enigma irresuelto”.
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