Siempre y en
todo lugar, en la casa, en el trabajo, en la calle, podemos convertirnos en
santos. “No se desanimen de ir por este camino”. Dedicando la catequesis de la
Audiencia General al tema de la santidad, el Pontífice ha remarcado que todo
bautizado está llamado a descubrirse en comunión con Dios, en la plenitud de su
vida y de su amor. “La santidad no es una prerrogativa solamente de algunos: la
santidad es un don que es ofrecido a todos”. No es necesario ser un religioso o
una religiosa, un padre o una madre, un bautizado no casado, un abuelo o una
abuela: “cada estado de vida conduce a la santidad” y es en el “testimonio
cristiano en las ocupaciones de cada día que estamos llamados a volvernos
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