En su homilía en Casa Santa Marta, el Papa explicó que Dios
ve el corazón y no se queda en las apariencias. Además invitó a los
cristianos a seguir el camino de la santidad.
FRANCISCO
"Todos
nosotros hemos sido elegidos por el Señor a través del bautismo, para estar en
su pueblo, para ser santos; hemos sido consagrados por el Señor en este camino
de la santidad”.
Por último, destacó que en la vida de los santos
también hay tentaciones y pecados. Por eso, dijo que no hay ningún
santo sin pasado pero tampoco ningún pecador sin futuro.
EXTRACTOS
DE LA HOMILÍA DEL PAPA
(Fuente:
Radio Vaticana)
"Nosotros,
tantas veces, somos esclavos de las apariencias, esclavos de lo que parece y
nos dejamos llevar por estas cosas: ‘Pero, así parece…’ Sin embargo, el Señor
sabe la verdad. Como en esta historia. Pasan los siete hijos de Jesé y el Señor
no elige a ninguno, los deja pasar. Samuel se siente algo incómodo y le dice al
Padre: ¿ni siquiera a éste ha elegido? ¿Están aquí todos los muchachos? ‘Queda
todavía el más joven, que no cuenta, que está apacentando el rebaño’. Ante los
ojos de los hombres, este jovencito no cuenta”.
"Santo
y pecador. Un hombre que ha sabido unir el Reino, ha sabido llevar adelante al
pueblo de Israel. Pero tenía sus tentaciones… tenía sus pecados: fue también un
asesino. Para encubrir su lujuria, el pecado de adulterio, mandó… mandó matar.
¡Él! El Santo Rey David mató Pero cuando Dios envió al profeta Natán para hacer
ver esta realidad, porque no se había dado cuenta de la barbarie que había
ordenado, reconoció ‘he pecado’ y pidió perdón”.
"Todos
nosotros hemos sido elegidos por el Señor a través del Bautismo, para estar en
su pueblo, para ser Santos; hemos sido consagrados por el Señor, en este camino
de la santidad. Leyendo esta vida de un niño – no, era más bien un joven –
luego de joven a viejo, que hizo tantas cosas buenas y otras no tan buenas, se
me ocurre pensar que en el camino cristiano, en el camino que el Señor nos ha
invitado a recorrer, se me ocurre pensar que no hay ningún Santo sin pasado, y
tampoco un pecador sin futuro”.
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