En la vida, en especial ante las
dificultades, es fácil ceder al escepticismo, no creer en las promesas del
Señor. Pero Dios nos pide que seamos pacientes e irreprensibles, caminando
siempre en su presencia. El Papa Francesco destacó que no hay "un
protocolo de la acción de Dios" en la vida de las personas y que hay que
permanecer en la propia cruz y creer, aunque la aurora parece tardar. "El
Señor se toma su tiempo. Y Él, con nosotros, tiene tanta paciencia. ¡No sólo
nosotros debemos tener paciencia: Él la tiene! ¡Él nos espera hasta el final de
la vida!
Pensemos en el buen ladrón, justo al final.
“El Señor escoge siempre su modo de entrar
en nuestra vida. Muchas veces lo hace tan lentamente, que caemos un poco en el
riesgo de perder la paciencia: ‘Pero Señor, ¿cuándo?’ Y rezamos, rezamos… Y no
llega su intervención en nuestra vida. Otras veces, cuando pensamos en aquello
que el Señor nos ha prometido, que es tan grande, somos un poco incrédulos, un
poco escépticos y como Abraham - un poco a escondidas – reímos. Pidamos esta
gracia al Señor: caminar siempre en su presencia, tratando de ser irreprensibles.
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