La
verdadera reconciliación es que Dios, en Cristo, ha tomado nuestros pecados y
Él se ha hecho pecado por nosotros. Lo dijo el Papa Francisco en la homilía de
la misa de la mañana. Pero los filósofos dicen que la paz es cierta
tranquilidad en el orden: todo ordenado y tranquilo... ¡Esa no es la paz
cristiana! La paz cristiana es una paz inquieta, no es una paz tranquila: es
una paz inquieta, que va adelante para llevar adelante este mensaje de
reconciliación. La paz cristiana nos impulsa a ir hacia adelante. Éste es el
inicio, la raíz del celo apostólico. El celo apostólico no es ir adelante para
hacer prosélitos y hacer estadísticas: este año han aumentado los cristianos en
tal país, en tales movimientos.
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